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“Todo es político, y esa es la batalla”

En el marco del Programa MERCOSUR Social y Solidario, culminó el sábado 20 de agosto en Mendoza, el Encuentro Nacional de Organizaciones Sociales de Argentina, con diversas demandas de parte de participantes de la mayoría de las provincias de nuestro país. Agencia Taller estuvo presente en el desarrollo del encuentro y dialogó con los panelistas  y representantes de las distintas organizaciones que participaron.

22 de agosto de 2005, 15:27.

Por Belén Faiozzo

Departamento de Política

belenfaiozzo@yahoo.com.ar

El coordinador nacional del Programa MERCOSUR Social y Solidario, Carlos Zagni, y la presidenta de la Fundación Ecuménica de Cuyo (FEC), María Rosa Goldar, coincidieron en la aspiración de crear nuevos horizontes para construir una sociedad más justa para todas las personas. La elección de los ejes del encuentro, democracia y su relación con la distribución de la riqueza, fue, por los roles que cumplen las organizaciones desde sus perspectivas y actividades específicas, hacia una orientación no sólo social sino también política. Y desde este objetivo, su participación para integrar desigualdades e injusticias conocidas en todos los países que conforman el Mercosur.

“El eje de este encuentro en Argentina, que es uno más que se está desarrollando en los 5 países del MERCOSUR, durante este año ya se hizo en Chile, Paraguay y ahora en Argentina, es poder reivindicar la dimensión política de la práctica de las organizaciones” sostuvo Carlos Zagni durante la apertura del encuentro el jueves 18 de agosto en el Hotel Ejército de Los Andes, de Guaymallén, Mendoza.

En total, participaron más de 350 personas de 115 organizaciones sociales, de La Rioja, Córdoba, Jujuy, Santa Fé, Tucumán, Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Corrientes, Neuquén, Mendoza, Buenos Aires, Salta, La Pampa, Catamarca, Entre Ríos, Misiones. Y de los países vecinos Paraguay, Uruguay, Chile y Brasil.

Las 8 organizaciones sociales de nuestro país que participan de este plan por el MERCOSUR, que tiene ya 4 años y el objetivo de crear espacios comunes de lucha y participación social en toda la región, son: CANOA de Santa Fé; CENEPP de Santiago del Estero; FEC de Mendoza; INDESO-MUJER de Rosario; ACCIÓN EDUCATIVA de Santa Fé; IDEPP de Buenos Aires; INCUPO de Reconquista (Santa Fé) y NUEVA TIERRA de Capital Federal.

Sus representantes manejaron la metodología de las actividades que se realizaron para discutir en grupos diversificados, distintos puntos y momentos trascendentes de la historia de nuestro país.

La discusión en grupos y sus conclusiones

Los grupos que analizaron las décadas del ´40 y ’50, reconocieron la aparición del voto femenino; la reforma de la constitución de 1949; y en el contexto internacional la 2º Guerra Mundial. Vieron a Argentina en ese momento como el granero del mundo, donde la división del trabajo, la agroexportación, y el modelo económico dependiente enmarcaron la época analizada. Trataron como punto principal el golpe militar del ´55, y la aparición de demandas sociales y laborales. Analizaron al Estado en su papel de benefactor y asistencialista hacia la sociedad. Además discutieron sobre si esas formas pertenecían a una experiencia de justicia social o eran una forma más de poder.

Los participantes que analizaron las décadas del ’60 y ’70, discutieron lo que fue la época del desarrollismo en nuestro país, donde la lucha por la distribución de la riqueza y los enemigos para ese logro estaban más claros. Repasaron los terribles años de la dictadura militar de 1976 como fundamentales para la imposición del sistema neoliberal en Argentina, con la represión, la desaparición forzosa de personas y la muerte como formas de acción. Y cruzaron ideas por el sostenimiento económico de las fundaciones como forma de clientelismo político.

Respecto de las décadas del ’80 y ’90, en pleno neoliberalismo, los grupos examinaron el proceso de globalización, y la influencia de las empresas multinacionales en el campo y las tierras de los campesinos. Además, analizaron al Estado en la continuación de su papel represor pero ahora de manera invisible. Reconocieron dentro de ese proceso las privatizaciones y políticas de exclusión social y desempleo, junto con la denominación de los “nuevos pobres”. Encontraron espacios de comunicación popular, en lo artístico y distintas expresiones, paros, trueques y escraches como expresión social de la época.

Todo lo analizado por los participantes, se utilizó para comparar y reconocer momentos semejantes, en la época actual y las actividades y acciones que realizan las organizaciones en sus diversas circunstancias y espacios de lucha por una sociedad más justa en Argentina.

Los panelistas aportando a los ejes del encuentro

Los paneles realizados con los economistas Claudio Lozano y Diego Domínguez, la filósofa Diana Maffía y el sociólogo Juan Carlos Aguiló, el viernes 19 de agosto, se centraron en la explicación y análisis por parte de estos reconocidos actores sociales, de los ejes definidos para la discusión en el encuentro, la democracia y la distribución de la riqueza, desde sus ámbitos de investigación.

El economista, Diego Domínguez, analizó desde 1970 las políticas de agricultura nacional, la agroexportación y su influencia en el mercado interno. Explicó que en los años ’70 “hubo un quiebre que coincide con el golpe militar pero también con el nuevo modelo tecnológico que es la revolución verde, de las semillas híbridas, los agroquímicos y la mecanización. Lo que terminó generando la desarticulación de la agricultura familiar y la desaparición de los pequeños y medianos agricultores”. Y agregó que “en Argentina, desde 1970 hasta el 2002, desaparecieron del campo, por día, 20 familias rurales”.

El investigador del Instituto Gino Germani de Buenos Aires, también explicó que la pobreza y el hambre en Argentina, se debe a que la producción nacional es exportada “si se desarticula la agricultura familiar vinculada a la producción de alimentos para el mercado interno, la consecuencia más visible es el aumento del precio de los alimentos básicos”. Según Domínguez, hay que consolidar la relación de “las redes de comercio justo y solidario, que reconstruyen un nuevo mercado e intercambio, allí tiene relación directa los productores con los consumidores. Esa es la lucha por la redistribución de la riqueza socialmente producida y naturalmente existente, por el control de la tierra, el agua, los recursos del subsuelo y por una distribución más justa de la riqueza que hoy el país genera y queda en manos de grupos económicos trasnacionalizados”.

El sociólogo Juan Carlos Aguiló, habló sobre el rol y participación de la universidad estatal en democracia. Y analizó que “hay que recrear lo colectivo y la capacidad para discutir el nombre de las cosas que no son naturales, nada de lo que pasa en lo social es natural, es todo político, y esa es la batalla exclusiva que hay que dar” sostuvo el actual decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).

El economista Claudio Lozano, se explayó en la restauración de la democracia como una sociedad de derechos, el distinto reparto de la riqueza y reflexionó sobre la relación de las organizaciones sociales y la construcción política. Planteó que junto a la democracia debe existir “una sociedad capaz de garantizar a todos sus habitantes, el derecho al trabajo, a un ingreso digno, el acceso a la salud, la participación en la educación, la cultura y las decisiones sociales”.

Analizó que esto no es real en la sociedad argentina en la que “de 37 millones de habitantes, 16 millones son pobres y 8 millones indigentes, entonces hay una enorme proporción que no goza de los derechos de una sociedad democrática” sostuvo el director del Instituto de Estudios y Formación de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), “sin riqueza justamente repartida no hay sociedad que se pueda llamar democrática”.

“Sólo si todos participamos en la decisión de la organización para producir los bienes necesarios para reproducir la vida, habrá capacidad de discutir un reparto equitativo de la riqueza” sentenció Lozano. Y propuso la creación “de un área de economía pública y social que actúe como líder del proceso de desarrollo, para la distribución justa de los medios de producción”.

En tanto, la filósofa y teórica en temas de género, Diana Maffía, analizó el papel femenino en los ámbitos privados y públicos, doméstico urbano y rural. Sentenció que “cuando no se aplican o se restringen las políticas que tienen que ver con el cuerpo de las mujeres, es inequitativo, por que el impacto es desigual en el cuerpo de la mujer y del hombre”.

“Para la incorporación de las perspectivas de género, son esenciales las políticas públicas que construyen estereotipos de género, que afecta a la construcción de la ciudadanía”, analizó la coordinadora académica del Instituto de Formación Cultural y Política Hannah Arendt de Buenos Aires. Y sobre esto agregó que “esa contribución a fortalecer jerarquías entre géneros, ha establecido que, por ejemplo, la legalización del aborto sea una deuda criminal en nuestro país”.

Las reivindicaciones como resultado del encuentro

Las discusiones grupales se trabajaron en debates con los panelistas. Así, se resumieron en demandas de las organizaciones sociales: la soberanía de la tierra de los pueblos originarios; la reforma agraria integral y el derecho sobre los recursos naturales como el agua; la reivindicación del trabajo campesino, local y regional, de aborígenes y criollos y criollas de nuestro país; el derecho a la educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir; el derecho a la salud, educación y trabajo digno; y una visión de la comunicación y el derecho a la información como bien social y cultural.

Estas reivindicaciones concluyeron en un acto público realizado en la Plaza Independencia de la Ciudad de Mendoza, el sábado 20 de agosto, actividad artística con el apoyo de otros sectores sociales como sindicatos, actores, artistas y el público en general. Actuaron Raly Barrionuevo, reconocido folclorista que desde su música y actividades artísticas adhirió al objetivo de las organizaciones sociales, y las murgas La Buena Moza y Baturga, quienes dejaron su marca y movimiento en su discurso alternativo desde la música, letras y batucada.

Los organizadores cerraron el encuentro, con la aspiración de construir esta plataforma de acción social a nivel latinoamericano continuando el trabajo. Si bien reconocieron la diversidad de las organizaciones el intento es construir horizontes comunes en los cuales seguir trabajando estratégicamente para lograr, desde lo nacional, ampliarlos a toda la región, convirtiendo las reivindicaciones en ejes articuladores de acciones posteriores.

Los participantes desde sus distintas prácticas y orígenes sociales

Juan Longo, aborigen de Las Pampas, Chaco, pertenece a la Red de Comunicación Indígena, del norte de nuestro país. Explicó a Agencia Taller que “el estado debe respetar la Constitución, por que no se reconocen los derechos aborígenes y la sociedad misma nos excluye. Nuestra organización se está levantando contra la discriminación, que, por ejemplo, en educación produce una gran deserción”.

Claudia Lucero, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (AMMAR) de Rosario, comentó “somos 160 afiliadas que trabajamos para mejorar la calidad de vida de nuestras compañeras, en prevención y educación para la salud. Luchamos para que el trabajo sexual sea libre, si bien no lo fomentamos, queremos que sea una elección”.

Francisco, del Centro Comunitario Santa Elvira de Guaymallén, Mendoza, criticó “en el encuentro no se le dio mucho espacio a los jóvenes, y es muy importante nuestro compromiso porque llega a los más chicos. Nosotros estamos trabajando en la Red de Jóvenes Mendocinos, haciendo circos barriales y planteando una cultura joven”.

Verónica Maldonado, del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), contó a Agencia Taller “somos más de 9.000 familias campesinas por la recuperación de los trabajos productivos del campo y culturales aborígenes. La problemática de las tierras está muy vigente, siguen los atropellos y las detenciones ilegales, seguimos parando topadoras y resistiendo desalojos, es la trama que viene del juarismo hace 50 años en nuestra provincia”.

Néstor Borri, del Centro Nueva Tierra de Capital Federal, criticó expresando que para lograr la integración latinoamericana, “hay que plantear las reivindicaciones generales, no las concretas, el problema es que nosotros somos estas demandas, por eso es tan complejo este proceso”.

Nelly Borques, de la Red de Mujeres de La Matanza, Buenos Aires, dijo a Agencia Taller “en los medios aparecemos como piquetes, pero estamos luchando para mostrar otra forma de practicar la política desde las organizaciones sociales”.

Las integrantes de Indeso-Mujer de Rosario, rescataron “la integración y la posibilidad de que los derechos de la mujer sean tomados y reconocidos por otras organizaciones”. En este sentido coincidió Sandra Gallo de la Asociación Civil CANOA, que comentó a Agencia Taller que “fue sorprendente en el encuentro que en el tema de la despenalización del aborto no apareció ninguna objeción y quedó como una de las reivindicaciones generales, en un espacio tan amplio de organizaciones alguna podría no haber estado de acuerdo”.

Las respuestas que surgieron de la diversidad de personas que compartieron 3 días de discusiones, debates e intercambio de experiencias, implicaron la pretensión desde el Programa MERCOSUR Social y Solidario de continuar las distintas estrategias y coordinar más acciones comunes en la región, como el intercambio cultural, pasantías entre organizaciones y campañas sociales comunes.

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