La semana pasada, a modo de presentación de contamos sobre la tarea que desarrolla en San Rafael un grupo de trabajadores de la Secretaría de Bienestar Universitario, al servicio de los estudiantes de la UNCuyo. Desde hace cuatro años, la presencia es cada vez más activa. Una de las actividades destacadas de esta oficina, es un consultorio de Salud Reproductiva: aquí se otorgan turnos e información; la atención es en el hospital Schestakow. En general, como no ocurría antes, los estudiantes cuentan con una médica de familia, una psicóloga, un especialista en Salud Reproductiva; hay también talleres, personal para becas y otras tareas administrativas, etc., y se inaugura en breve una casa-oficina de dos pisos.
Te recordamos las personas con las cuales ya estábamos charlando: Albana Resia (estudiante de Ingeniera Química), nació en Buenos Aires, vino a San Rafael a los 15 años; Eliana Oliva (trabajadora social), sanrafaelina, estudió en Córdoba. Y te presentamos a otras dos: Gisella Azcoitia (médica), alvearense de nacimiento, y Gabriela Echeverría (psicóloga), sanrafaelina. Estas dos últimas, también estudiaron en Córdoba, experiencia que les permitió contrastar sociedades y contextos institucionales bien diferentes. Algo que además enriquece la conversación…
Muchos estudiantes somatizan
Siendo un polo de atracción de estudiantes universitarios, en San Rafael viven muchos chicos nacidos en los distritos o en departamentos y provincias vecinos. Y deben lidiar con la adaptación. Incluso, a veces se sienten derrotados. Lo explica Gisella:
–“Todos en primer año se deprimen”, suelen decir los mismos chicos naturalmente. Están sometidos a muchos cambios. Por ejemplo, dejar la familia, ir a vivir solos. Muchos se enferman, ni se dan cuenta, somatizan.
Y agrega Eliana:
–Se castigan ellos mismos si no logran adaptarse.
Contra el individualismo
La psicóloga, Gabriela, cuenta algunas enfermedades que llegan a padecer los chicos, cuando la vida universitaria se vuelve hostil para ellos: “Trastornos de pánico, depresión, bulimia, anorexia”. También la fobia: “Algunos chicos llegan a decir ‘No puedo ni pasar por la facultad, se me paran los pelos’. En ese caso, la universidad se convierte en expulsiva”.
–¿Qué hacen cuando encuentran un caso de somatización?
–Ante todo, trabajamos en equipo, responde Gisella.
Ante las situaciones de crisis, suele reaccionarse de un modo desesperado. Dice la médica de familia: “El tema entre los chicos es quién zafa, individualmente.” En ese sentido, Eliana habla del ‘casito’: “Hay mucho de demanda individual, fragmentada, por ejemplo conseguir remedios para una persona”. Por eso, ellas proponen superar el ‘casito’ y colectivizar las demandas. Y, a veces, tantas presiones y el ensimismamiento pueden volver algo monótonas las vidas de los alumnos. A veces, admiten las profesionales, cuesta interesarlos en actividades culturales: ”No ven películas, no leen otros libros que los exigidos por sus carreras…”, afirman.
Continuará la semana próxima...
Germán Fernández
Para ¡en contActO!, boletín de la Secretaría de Bienestar Universitario
2006