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Todos somos políticos

La política para los atenienses era un ejercicio diario de discusión sobre las decisiones de la polis (ciudad). En el siglo XVI en Francia, políticos eran un grupo de gente especializada. Los griegos no distinguían entre ciudadanos y políticos. Políticos eran todos los ciudadanos por igual. En la actualidad, en nuestro país, las opiniones parecen divididas. Habrá quienes entiendan de politica, otros la defiendan o quienes simplemente la castiguen. En épocas de llamativos cambios y replanteos, comprender y aplicar la política como instrumento idóneo para solucionar los conflictos del pueblo es trascendental para encontrarle a la Argentina un camino de desarrollo y justicia social.

21 de mayo de 2004, 10:41.

¿Todos somos políticos? Todos somos políticos. Aunque no lo parezca , aunque no la hagamos parecer. A veces da la impresión de que la política está sujeta a la ley de oferta y demanda .Pero en política, la voluntad que regula el mercado no es la hipotética mano invisible con la que el inspirador del neoliberalismo económico Adam Smith, explicaba los mecanismos de la economía. Aparentemente mucha gente empieza a visualizar esa mano cuyos increíbles pases mágicos tienen el poder de hacer torcer los destinos de las sociedades. Hemos padecido grises inviernos, privatizaciones funestas, macabros corralitos, intensas corruptelas e impunidades tan nefastas como quienes las han provocado.

La economía que lleva las riendas de la convivencia social ha cobrado históricamente protagonismo (que sigue vigente después de experimentar ciertas efervescencias) y la política ya no parece ser la herramienta idónea para preservar el tejido social, para generar soluciones a los pueblos.

Actualmente la concepción que se tiene de ella está un poco susceptible y dividida. Están aquellos que la defenestran en su ejercicio cotidiano por prevalecer ciertos negociados que benefician a algunos grupos empresariales- financieros o a particulares muy particulares. Están los otros que basándose en aquellos que la malparieron en su historia de corrupciones y marañas, la condenan. Y también están los que intentan a través del esfuerzo cotidiano levantar la bandera de la reivindicación, entendiendo a la política como el arte de gobernar un Estado, quizás como el instrumento que utilizan los hombres para beneficio de los hombres, pero de todos (valga la aclaración).

Y pensar que la política para los atenienses era un ejercicio diario de discutir las decisiones de la polis (ciudad).Y pensar que Aristóteles (el célebre filósofo griego) la consideraba una noble actividad que era asistida por la justicia. Y pensar que la soberanía, el ejercicio del poder residía en las asambleas.

En el siglo XVI en Francia, apareció la palabra políticos como categoría que designaba a un grupo de gente especializado. Algunos pensadores empezaron a imaginar formas de legitimación de la soberanía que contrapesaran en el ejercicio del poder .Hasta entonces y por designio divino el soberano era el rey. A estos nuevos pensadores se los empezó a llamar “políticos”.

Los griegos no distinguían entre ciudadanos y políticos. Políticos eran todos los ciudadanos por igual, como partícipes del ejercicio colectivo del poder. Pero en el s XVI no había más política que la del rey. Con el tiempo, el voto para los cargos electivos transformó a los políticos en profesionales.

En teoría, todos somos políticos, por sí mismos o a través de un legislador, un representante, un delegado, etc .Sin embargo, después de la ardua experiencia de equívocos y malogradas acciones en perjuicio de la gente ; muchos de lo que hoy se replantean la participación, se han alejado de la política por el profundo juego de intereses que existe y que ha existido siempre.

¿Y los que elegimos? También somos políticos, sólo que hace tanto que estamos excluidos de las decisiones, que hemos olvidado que el compromiso comunitario de un ciudadano no está ligado únicamente al equilibrio de las fuerzas públicas.

La brecha que nos separa de nuestros representantes crece, pero al mismo tiempo crece la conciencia de que como ciudadano no somos simples depositarios de una boleta partidaria.

Para contrarrestar cierta sensación de angustia, incertidumbre es conveniente destacar el surgimiento de un importante trabajo de base social, de concientización de las problemáticas y de la lucha por los derechos laborales y humanos. Al mismo tiempo han aparecido nuevas figuras sociales. “Relativamente nuevos” son los cartoneros, los piqueteros, los autoconvocados. Desde hace tiempo el cartón (por poner un ejemplo) ha servido para la subsistencia de familias indigentes....nada mas que recién ahora los cartoneros han venido a tener (¿la suficiente?) trascendencia mediática, política. Y aunque esto no es garantía de soluciones para ellos, todo parece indicar que tienen más presencia social.

Votar es sin dudas un hecho trascendental en la vida democrática, pero no todo se arregla con ello. No alcanza con asistir a las elecciones dibujando un ciudadano responsable, ni culpar a los justos y a los podridos de las vías que toma el país ,ni llorar insultando hasta el hartazgo con la esperanza de ser escuchados, ni tampoco valen aquí las luchas telepáticas o los discursos mezquinos que invitan a la marcha de Blumberg. No alcanza y dudo que sirvan para algo. Mejor abarajemos otras posibilidades: Participación en el ejercicio colectivo del poder.... Conciencia de ciudadano, de las problemáticas y de la lucha por los derechos ..Voluntades claras de transformaciones sociales. En fin: Política, pero trascendiendo la teoría.....así quizás” Transcendamos.” algún día.

Natalia Bulacio
nataliabulacio@hotmail.com

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