Filarmónica La orquesta de la provincia tuvo un año plagado de problemas. Se vienen cambios en 2009.
La Orquesta Filarmónica de Mendoza es un organismo que depende de la Secretaría de Cultura de la Provincia, y en este primer año de gestión de Ricardo Scollo no ha tenido una buena experiencia. Según la visión del inspector del organismo, Fernando Rule, el recientemente reelegido director titular, Pablo Herrero Pondal, y la gerenta de la orquesta, María Elena Moreno, 2008 podría dividirse en dos épocas: un caos inicial que se extendió hasta setiembre, y una reorganización que augura un 2009 mejor.
La orquesta es una herramienta cultural fundamental para la sociedad mendocina y delegar su coordinación en manos inexpertas es signo de una innegable negligencia.
Y ése fue sólo uno de los obstáculos que este grupo de artistas sufrió en esta temporada. Según contó Rule, “alrededor de 15 conciertos fueron suspendidos casi a último momento, muchas veces sin una explicación coherente y a través de un manejo informal, de palabra, sin documentos escritos”.
Las consecuencias de ese modus operandi fueron dos: la inactividad, producto de que la organización y el estudio de un concierto lleva tiempo y si no es cancelado con la suficiente antelación no queda margen para reprogramar una nueva propuesta, y, como afirmó el inspector de la OFM, presentaciones impuestas –a veces de dudosa calidad, como el “concierto navideño”–, con fechas y obras ya estipuladas, sin el tiempo necesario y, a veces, incluso por “personas ajenas” a la orquesta (ver página 3).
Tanto un resultado como el otro produjeron un claro desprestigio para la OFM. “Decían que estábamos parados, pero si nos bajan un concierto de golpe, no podemos buscar otro en una semana”, justificó Herrero Pondal. Además, muchos conciertos no cumplieron las expectativas del público ante la evidente carencia de la preparación requerida para cada obra.
A su vez, muchas de las fechas suspendidas preveían la presencia de un solista o director invitado, lo que significó que esos artistas –la mayoría internacionales–, que arman su agenda con mucha anticipación, se quedasen sin actividad, por lo que comenzaron a aparecer los correspondientes reclamos de indemnización, según contó el director titular.
La suspensión de la ópera Madame Butterfly es un claro ejemplo. El proyecto sufrió una postergación inicial por la imposición de un concierto navideño –en pleno agosto– para exportar a Estados Unidos, a través del cual se financiaría la obra de Puccini, y luego su cancelación definitiva porque los cantantes invitados no tenían fechas libres.
“A esta clara desorganización se pueden sumar tendencias casi patoteriles de la gestión política de turno para presionar a los integrantes con amenazas de sanciones, apercibimientos o actas en reprimenda de conductas que se opusieran a los lineamientos o exigieran mejoras de las condiciones laborales”, agregó Fernando Rule.
Sin embargo, una buena parte de estos problemas previamente enumerados ha empezado a solucionarse con el regreso de María Elena Moreno como gerenta de la orquesta, en setiembre. “Por suerte no he sufrido ninguna cancelación”, dijo Moreno. También ha mejorado la comunicación entre la OFM y el secretario de Cultura, Ricardo Scollo; se recuperó –con un hercúleo esfuerzo– el período final de la agenda 2008, y ya está prácticamente definida la agenda de 2009. Las perspectivas son positivas.
Si nos detenemos a pensar un momento, es difícil imaginarse la vida sin música. Ese arte le pone banda sonora a nuestra vida e incide con más profundidad de lo que solemos advertir cotidianamente.
“Filarmónica” viene de “filarmonía”, cuyo significado es “pasión por la música”, algo que no se trasluce en el trato que el conjunto orquestal ha vivenciado en este 2008.
Algunos temas que dan qué hablar
La otra orquesta. La Orquesta Filarmónica de la Provincia tiene en común alrededor de 15 músicos con la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo. Esta solidaridad de los organismos que comparten artistas tiene sus consecuencias: no se pueden superponer ensayos ni conciertos, lo que genera una dependencia mutua. “Eso es un tema que viene desde hace años. Igual que la idea de unificar las orquestas, porque ninguna tiene la cantidad de músicos que debería tener. Pero eso es algo que no va a pasar nunca, ésa es la realidad, ni tampoco se le va a impedir a un músico que tenga dos trabajos, porque sus puestos los ganan por concurso y porque tocaron mejor. Podemos funcionar si nos ponemos de acuerdo, pero hay épocas caóticas, con cambios de fechas, y se complica todo. Y eso es más difícil cuando te imponen un concierto a última hora, por los ensayos y los horarios. La solución es hacer las cosas con anticipación con los responsables de la otra orquesta, cerrar las fechas, y respetarlas”, manifestó Herrero Pondal.
El teatro. El Independencia vendría a ser algo así como la “casa” de la orquesta Filarmónica. En él ensayan los músicos habitualmente y realizan la mayor parte de sus conciertos. Lo cierto es que la sala tiene algunos problemas cuya solución no requiere altos gastos, pero por alguna razón aún poco clara, no se arreglan. “Está roto el techo de la cámara acústica, su sistema de frenos. Se puede bajar y subir pero sólo de forma manual, hay que apuntalarlo, no está seguro el sistema y no se puede usar. Eso afecta el 40porciento de la acústica, sobre todo en los instrumentos de madera. También el foso y el proscenio están en el mismo estado, y para hacer ópera y ballet son fundamentales, porque ahí va la orquesta”, explicaron Fernando Rule (inspector) y Herrero Pondal (director). La OFM también ha debido lidiar con algunos encontronazos con el personal del teatro, ya que más de una vez han faltado técnicos para encender las luces, la calefacción, el aire acondicionado o satisfacer otras necesidades.
El piano. A principio de año se concretó la compra de un piano de concierto Steinway & Sons que costó 180.00 dólares.
Este instrumento, que pertenece a la orquesta Filarmónica y no al Independencia, ha generado cierto resquemor, ya que muchos músicos de distintos estilos desean usarlo para sus presentaciones en nuestra “sala mayor”. Respecto de este tema, Herrero Pondal y María Elena Moreno destacaron: “Todos dicen que el piano es del pueblo y lo quieren usar porque lo pagan con sus impuestos. Pero esto es un piano de concierto, si la persona no es concertista, no puede tocarlo. Para eso hay un reglamento de uso que supuestamente están terminando. La orquesta debería decidir, porque lo quieren usar para acompañar tango o folclore. Y andá a cualquier teatro del mundo donde tengan un piano de concierto, un Steinway, no te lo prestan jamás”. A su vez, tremenda inversión condicionó la programación 2009, puesto que se vendrán muchos conciertos para piano.
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22 de noviembre de 2024