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UN MUNDO FELIZ

Sentencia Previa (Minority Report, U.S.A., 2002) Dir: Steven Spielberg;Guión: Scott Frank y Jon Cohen;Fotografía: Janusz Kaminski;Montaje: Michael Kahn;Música: John Williams; Int: Tom Cruise;Max Von Sydow; Colin Farrell y otros. Esta vez inspirado en un cuento corto de Phillip K. Dick, Spielberg nos introduce en una reflexión futurista sobre el desarrollo tecnológico. Por Gastón Ríos

20 de agosto de 2004, 09:28.

imagen UN MUNDO FELIZ
“—Tendrá usted ya una idea de la disminución del porcentaje de criminalidad con la metodología del Precrimen. Lo tomamos de individuos que aún no han vulnerado la Ley.
—Pero que seguramente lo habrían hecho —repuso Witwer convencido.
—Felizmente no lo hicieron... porque les detuvimos antes de que pudieran cometer cualquier acto de violencia. Así, la comisión del crimen por sí mismo es absolutamente una cuestión metafísica. Nosotros afirmamos que son culpables. Y ellos, a su vez, afirman constantemente que son inocentes. Y en cierto sentido, son inocentes.”

Philip K. Dick, The Minority Report © 1956.

Existen dos obras de Spielberg que casi a modo de tesis, centran su diégesis en un futuro no muy lejano y emprenden una suerte de indagación sobre las consecuencias de la tecnología aplicadas a la vida cotidiana de los seres humanos: ¿Sería posible un “mundo feliz” donde el avance tecnológico prometa una fabulosa calidad de vida para los humanos a través de una perfecta relación hombre-máquina, sin efectos colaterales para ninguna de las dos partes? En apariencia: sí.

En la díada spielbergiana, el futuro ya llegó y la ingeniería genética junto a la biotecnología han avanzado años luz en relación con otra ciencias. En este sentido la reflexión del director puede tener un interesante antecedente directo: “El Hombre Bicentenario” (basado en un cuento de Asimov "The positronic man") de Columbus quien colaborara con el Director de "E.T." en sus primeros años como guionista. El film de Columbus puede funcionar en esta oportunidad como referencia directa al mundo menos caótico y desolado en apariencia que propone Spielberg.

¿Es posible comprar un robot doméstico sin que se produzca incidencia alguna en el seno de las familias que lo poseen?, ¿Sería posible contar con un niño cibernético de tal perfección que no se perciba la diferencia entre este y los demás niños humanos? ó ¿Se encuentra en el futuro próximo el sistema disciplinario perfecto?. La alta tecnología ha desarrollado productos inimaginables, pero la conciencia humana no parece haberse desplegado en la misma cantidad y mucho menos calidad: ¿Qué pasa entre humanos y androides cuando los sentimientos y las emociones se entremezclan con la maraña inconmensurable de cables, chips, neurotransmisores y demás bio-hardware?

El planteo de la inteligencia

La vieja premisa de que las máquinas alcanzarían un grado tal de inteligencia que se rebelarían en un hipotético y armagedónico día (Hoy remozada en “Yo, robot” de Alex Proyas, también inspirada en libro de Asimov) se ve revisada de manera constante en Spielberg con una mirada menos apocalíptica y mas emparentada con el mundo subjetivo de los personajes. Menos colectiva y mas cerca de la naturaleza y origen de los “androides” spielbergianos (David y el robot amante interpretado por Jude Law, sobre todo).

La idea spilbergiana del futuro presenta el uso y abuso de tecnología y el avasallamiento de la misma sobre la vida de la sociedades humanas y sus consecuencias inesperadas, es decir, eso que en los manuales se puede prever como error razonable y lo que luego escapa a cualquier previsión racionalista. Inteligencia artificial: ¿Como reproducir el secreto mejor guardado de la naturaleza, el cerebro humano, a otras escalas, sin obtener consecuencias inesperadas?

También, planteo moral al fin: la responsabilidad humana sobre aquellos androides que tienen fecha de obsolescencia determinada y responsabilidad sobre cada uno de las técnicas y procedimientos implementados en nombre de la ¿evolución?. Basta recordar los “replicantes” de Scott en Blade Runner.

Back to the future

En "Minority Report" la trama se complejiza gracias a una serie de aditamentos que partiendo de la idea de progreso cibernético para una mejor calidad de vida humana u ordenamiento social en este caso, sin olvidar la relación hombre-máquina; se ciernen alrededor de un aspecto mas profundo de la inteligencia: el subconsciente. Una experiencia irracional que escapa aún a toda explicación o un fenómeno de perceptividad tan inasible como la premonición dispara la acción en "Minority Report": la inteligencia artificial de antaño obtuvo consecuencias inesperadas, entonces ¿Qué podría pasar con una inteligencia que va mas allá de toda certidumbre objetiva aparente?

Si, el robot del “Hombre bicentenario” decide por amor convertirse en ser humano o el cyberniño de "I.A." busca y desarrolla un profundo sentimiento de pertenencia y así también se convierten en víctimas del amor y de la indiferencia humana básicamente, además de víctimas de su propia ineptitud estructural para adaptarse de buenas a primeras a los procedimientos empáticos humanos; en "Minority Report" el detective John Aderton (en el otro sentido, el es humano) también es víctima de una inteligencia reinventada y puesta al servicio del “progreso”.

Aderton: Edipo futuro, rey tuerto en tierra de ciegos

John Aderton o el jefe del sistema Precriminal (Pre-Crime): ‘Predicción profiláctica de la criminalidad a través del uso de mutantes premonitores’ (pre-cogs), es incriminado por este mismo sistema en un crimen que todavía no cometió. Como la mayoría de los “criminales”, que ahora yacen dentro de un sistema carcelario infalible; se ve envuelto, gracias a la retransmisión digital de las premoniciones, en un acto criminal que lo confinaría para siempre. Aderton escapa para probar que los Pre-cogs se equivocan. John Allison Aderton es un policia honesto pero golpeado por la vida (recuerda a los polis de Eastwood) y para aplacar el sufrimiento ingiere una droga futura que expende un ciego “dealer”. Aderton investiga, porque a eso se dedicaba, y encuentra el origen de los pre-cogs. Aderton, en este sentido se parece mucho a los androides anteriores en busca del origen: todos por móviles diferentes, buscan su origen o la “matriz” del conflicto para sobrevivir.

John Aderton como David, el niño cibertrónico de "I.A.", al escapar encuentra un límite espacial y diferenciado, representado por Spielberg como la ciudad y el campo, civilización o barbarie (recordemos que en "I.A." luego de adentrarse en el bosque, David vive la crueldad humana y la pesadilla circense de los robots obsoletos). Luego, Aderton entra al bosque (recordemos el bosque que recorre Edward Bloom en el reciente “Gran Pez” de Burton, o la vieja selva en “Apocalypse Now”), por lo tanto se introduce en esa especie de descenso que lo llevará a la redención. Allí, encuentra a la hacedora, matriz o “Madre” de los pre-cogs (David pierde a su madre en el bosque, John la encuentra) y comienza a desentrañar los secretos de los mutantes que extrañamente componen una trinidad liderada por la única mujer: Ágatha (Samantha Morton) o el alma “mater” que cuida y protege al sistema. En confluencia con esta lógica “útero-original”, Spielberg despliega los personajes femeninos en clave de fuerza creadora y aliada (como el hada azul de pinocho en "I.A".), mientras que la figura paterna se convierten en castradora y destructora (Burgess Lamar).

Aderton se adentra en una trama policial cada vez mas espesa, donde la mirada posee una materialidad especial. Desde un primer momento la mirada y lo visto o lo que enlaza esa mirada poseen una significativa preponderancia en Minority Report: las visiones de los pre-cogs retransmitidas al mismo Aderton en un sistema de pantallas virtuales fantásticas de gran concepción estética y no solamente la mirada concreta sino también, la mirada profunda y develadora que se complejiza a medida que avanza la historia. En este sentido, en "Minority Report" nada ni nadie es lo que parece ser, al mismo tiempo que nadie pretende echar luz sobre los acontecimientos o no puede encontrar una pista correcta (Witwer) y se encuentra ‘cegado’ por quienes manejan realmente la información.

Aderton se convierte en el paradigma perfecto de quien “quiere ver”, tal vez por necesidad de sobrevivir y se adentra en el secreto profundo de la historia sin nada que perder (bueno, casi nada). Paradójicamente Aderton, debe perder sus propios ojos en una operación necesaria pero brutal y antisépctica que se practica clandestinamente para engañar los scanner de retina muy en boga por esos días.Un cambio de perspectiva se podría decir al decidir cambiar sus dispositivos orgánicos originales para obtener una nueva mirada, la que queda trunca en una de las tantas persecuciones implacables que le practican al héroe: Aderton debe “perder” uno de los ojos recién instalados para despistar.

El héroe tuerto en un mundo de pseudo-sujetos cegados por la manipulación y la intriga, inclusive Ágatha a pesar de “ver” premonitoriamente, cansada del futuro es rescatada por Aderton y “despierta” al mundo “real” u objetivo; prosigue el derrotero que propone la acción, pero finalmente es incriminado y encarcelado. Sólo otra figura “matriarcal” por excelencia, como es su esposa activará los mecanismos necesarios para salvarlo de la condena y echar luz final sobre la historia.

"Minority Report" parece querer decirnos básicamente lo mismo que sus antecesoras, más allá de los “happy ending” spilbergianos: a pesar de todo, los robots pueden sentir empatía y amor, los mutantes pueden vivir normalmente, los seres humanos lucharán con sus pasiones e injusticias y todos coexistirán finalmente en un mundo feliz una vez que se reencuentren, cada cual, con sus matrices. El origen de las cosas que le dicen.

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