Es una obra de la artista plástica Vivian Magis que recuerda a las víctimas de la dictadura militar. Fue inaugurado en el acto por los 25 años de democracia.

En la Biblioteca Central de la UNCuyo, un bello mural de Vivian Magis sintetizó el homenaje que la Universidad Nacional de Cuyo realizó a los desaparecidos de la dictadura militar, en el día que celebramos todos los argentinos 25 años ininterrumpidos de democracia.

En la obra, denominada “Entre el olvido y la memoria” están plasmados los nombres de los estudiantes, profesores y personal administrativo de la casa de estudios que fueron encarcelados a partir de marzo de 1976.

Según los organizadores, el motivo de la recordación no sólo fue sostener la memoria de quienes entregaron sus vidas por un proyecto de país más justo sino también recuperar aquellos ideales, como la equidad social, para seguir buscando su realización.

En este sentido, el rector de la Universidad, Arturo Somoza, dijo que “éste es un acto de justicia y de memoria, pero también de esperanza y advertencia porque tenemos que comprometernos a tener una universidad mejor para hacer una sociedad mejor”.

En el sencillo acto el arte fue el eje central de todos los discursos para expresar las distintas emociones de los familiares de los desaparecidos y de los que vivieron en carne propia el terrorismo de Estado.

Ernesto Suárez, quien fue director de la Escuela de Teatro de la Universidad en 1976, interpretó un fragmento de la obra Lágrimas y risas e instó al público a recordar a esos seres queridos que ya no están “con una mezcla de alegrías y tristezas”.

Las guitarras del grupo folclórico La Porfía, integrado por estudiantes de la carrera de Música Popular de la Facultad de Artes, acompasaron las inevitables lágrimas.

Y la propia muralista detalló qué expresa su trabajo. Magis explicó que “no quise hacer una representación mimética de la realidad, sino simbolizar algunos aspectos para contar esta historia. En un extremo se ven figuras sin rostros, espacios vacíos. El niño es la búsqueda de los nietos y la cicatriz es la herida que nos ha dejado la dictadura, entre el olvido y la memoria”.

De Alfonsín al voto no positivo

La imagen de Raúl Alfonsín recibiendo los atributos presidenciales será por siempre la página de inicio de la era democrática.

Pero algunos hechos que siguieron marcaron momentos que hicieron dudar de su continuidad.

En 1985 fue iniciado el juicio a las Juntas Militares, que llevó en 1987 al alzamiento “carapintada”, y las leyes de punto final y obediencia debida.

En 1990, las privatizaciones de Menem con pizza y champán buscaban achicar el Estado y dejaron a cientos sin empleo. En el 2000, la renuncia de Chacho Álvarez, el helicóptero de Fernando de la Rúa en el 2001, los cacerolazos, el “que se vayan todos” y la nena de Tucumán llorando de hambre.

En el 2006 la desaparición de Julio López. Este año, el conflicto del campo con el voto no positivo de Julio Cobos.

La democracia según los chicos

Una encuesta realizada por el Ministerio de Educación de la Nación entre 1.000 estudiantes de 11 a 15 años y que participan en el Programa La Escuela y los Medios mostró que sólo el 35porciento de los chicos cree que la democracia es el mejor sistema de gobierno.

Sin embargo, el resto de los consultados, duda de este concepto, ya que el 30porciento contestó que sólo en algunas ocasiones la democracia sirve, otro 10porciento sostiene todo lo contrario y el 25porciento no sabe qué opinar. Es decir, el 55porciento duda de la importancia del sistema democrático para organizar el país.

Pero las sorpresas no terminan allí. A pesar de desmerecer a la democracia, los alumnos encuestados afirmaron que no es lo mismo el gobierno de cualquier partido político.

En este rubro, el 65porciento respondió que no es igual que gane un partido que otro porque representan distintas ideas.

En cuanto a los modos de participación en democracia, para el 45 porciento de los encuestados la mejor forma de participación es estar bien informados y el 35porciento es hacer campañas de bien público.

La muestra fue realizada en escuelas públicas de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Chubut y Santa Fe. El informe contó con el patrocinio de la Asociación Mundial de Periódicos y la Asociación de Entidades Periodísticas de Argentina.