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Una buena prueba de Hum®

La revista Hum® representó en la dictadura un arma de resistencia y un ámbito abierto para la expresión. Mostramos una breve reseña del humor gráfico en la Argentina; el contexto histórico en el que se desarrolla la revista, y lo que ésta significó para su público, en una época de censuras, desapariciones y autoritarismo.

Había una vez...      

La primera publicación con continuidad en nuestro país aparece el 24 de Mayo de 1863, bautizada "El Mosquito"; pionera del humor gráfico argentino, que                                                                                                                                                                                                                                                                                                   con treinta años de  duración  y 1.580 ediciones, ostenta el record de permanencia entre sus compañeras del género, según un ensayo de Juan Pablo Mantecón titulado "Espejitos de Papel"

En 1882 nace “El cascabel” y un año después “La Mariposa”y "Don Quijote". Ésta última  fue la primera en hacer notar su trascendencia en la historia nacional, definiendo al humor como un arma poderosa. En su escrito Mantecón asegura que el fin de la hegemonía de Don Quijote coincidió precisamente con la aparición de "Caras y Caretas" en 1898. Dicha revista se adjudica el primer personaje de la historieta nacional: Don Goyo Sarrasqueta.

En 1904 apareció “PBT”, "semanario infantil ilustrado para niños de 6 a 80 años"; cuyas fotos e ilustraciones con epígrafes escritos en verso retrataban mejor que nadie las costumbres de la época.

Siguiendo al citado autor se puede agregar que “Si existe alguna publicación que puede competir con “Caras y Caretas” en cuanto al protagonismo en la historia del humor gráfico es el diario "Crítica".En sus páginas se publicó la primera historieta argentina: "El Tigre de los Llanos" (1929), y su responsable fue Raúl Ramauge. La misma narraba la vida de Facundo Quiroga sin utilizar globos y recurría a extensos textos explicativos”.

El 20 de Agosto de 1957, Landrú inaugura la revista "Tía Vicenta", que se caracterizó por volver al humor político. Fue un éxito rotundo: arrancó con una tirada de 50.000 ejemplares que en poco tiempo logró duplicar. En la plantilla de Tía Vicenta hizo su aparición el joven Quino.

En “Espejitos de Papel” su autor hace referencia a que en 1972 surge en Córdoba la revista  "Hortensia"; un verdadero hito en su genero. El mismo año aparece la revista "Satiricón"  dirigida  por Andrés Cascioli, que cambió la forma de hacer humor gráfico. Criticaba la actualidad desde el humor con una perspectiva bastante contundente; apoyándose en un equipo verdaderamente multidisciplinario, conformado por dibujantes, humoristas y periodistas.                                                    

En 1974 clausuran  “Satiricón” y el mismo Cascioli crea y dirige “Chaupinela”, que se edita hasta 1975 corriendo con la misma suerte que su antecesora.

En 1978 Andrés Cascioli insistirá nuevamente con un proyecto similar, dando forma a  la mítica revista Hum® Registrado que se convirtió en algo más que una publicación humorística. El gobierno militar que pretendía evitar la aparición de revistas sobre humor de actualidad (como Satiricón y Chaupinela) sólo pudo calificarla como "de exhibición limitada" y exigir que sea comercializada dentro de una bolsa de plástico (de la misma forma que las revistas para adultos)

Hasta que un día... llegaron ellos

EL 24 de Marzo de 1976 fue destituida la entonces Presidente de la Nación Maria Estela Martínez de Perón. Asume en ese momento al poder la junta militar  integrada por el Teniente General Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier General Orlando R. Agosti. Esta junta designó como presidente de facto a Videla; quien dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compusieran el futuro gobierno con igual participación. Comenzó así el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional".

En este contexto José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y anunció su plan para contener la inflación,detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. La política económica, impuesta por el nuevo ministro, permitió la concentración del poder económico en un grupo pequeño de empresarios entre los cuales figuraban los ilustres apellidos de Macri, Pérez Companc, Bulgheroni, Fortabat y Bunge y Born.

A raíz de esto, en la nueva argentina organizada, se producen diversos efectos negativos: des-industrialización, una gran inflación, caída de salarios, deterioro del servicio público y un gran incremento en los niveles de pobreza.

Y como si esto fuera poco, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, con la excusa de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado y dirigido a destruir toda forma de participación popular. Puso en marcha, además, una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: la política, la cultura, los movimientos sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante la aniquilación sistemática, generando pánico y caos social.

Todo fríamente calculado

El monstruo crecía día tras día y su poder llegaba a cada una de las costumbres argentinas. La cultura tampoco escapo de sus garras y así llegaron las clausuras de los locales nocturnos, se ordena el corte de pelo para los hombres, se queman miles de libros y revistas considerados peligrosos y se somete a  los medios de comunicación a una explícita censura que impedía  cualquier  mención al terrorismo estatal y sus víctimas.

Se emitían avisos terroristas con frases como “el silencio es salud”, una forma indirecta de sugerir que nadie hablara, o también circulaban las expresiones “no te metas”, “no vi nada” y  “no escuché nada”. Junto a todo esto sucedido se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales, entre otros,  fueron secuestrados, asesinados y "desaparecidos". Mientras tanto, mucha gente se exilió.

Periodismo (no) rima con autoritarismo

Como figura en “Memoria y dictadura”, un proyecto elaborado por la Comisión de Educación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), la censura comienza el mismo día que los militares asumen el poder. Esto se ve reflejado en el siguiente instructivo titulado “Principios y procederes para ser seguidos por los medios de comunicación”,  firmado por el Capitán Naval Alberto F. Corti, Director de Prensa de la Junta:
Comunicado N° 19, 24/03/76

Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976).

En el mismo documento la APDH, se denuncia que el General J. R. Videla hacía el siguiente anuncio apenas iniciada la dictadura: “La lucha es en todos los campos, además del estrictamente militar. No se permitirá la acción disolvente y antinacional en la cultura, en los medios de comunicación”. Para tener una idea del nivel de censura existente podemos recordar que el 30 de enero de 1977 el Poder Ejecutivo Nacional secuestró la tirada del diario La Opinión por publicar artículos sobre derechos humanos.

La incondicional

Haciendo referencia a medios que avalaban el régimen, no podemos dejar de mencionar el diario La Prensa. Este, en su editorial del día 5 de junio de 1982 decía: “(...) la unidad que impera en las Fuerzas Armadas y el éxito obtenido por ellas en la lucha contra la subversión, la prudencia y la discreción con que habitualmente proceden sus miembros en el gobierno, la inclinación de las autoridades por la democracia y la libertad, son hechos de pública notoriedad que se traducen en la tranquilidad general y el orden jurídico que prevalece en el país (...)” como indica APDH en el informe antes citado.

Otro medio masivo que aceptaba la ideología del proceso fue la revista Para Ti, que publicó un artículo el 14 de agosto, a pocos meses del “triunfalismo del mundial 78”. En esta ocasión realiza una campaña para contrarrestar las denuncias provenientes de Europa y Estados Unidos sobre la existencia de campos clandestinos de detención.

En “Memoria y dictadura” está detallada dicha campaña pro-militar y se expresa de la siguiente manera:

Defienda su argentina (título que público Para Ti, mencionando los medios que según ellos atacaban a nuestro país):

Dijo París Match: .La orgía de violencia y el desenfreno de la multitud, tradicional en la Argentina, convierte a cada espectáculo en un motín y aún en una guerra.

Dijo Ornella Vanoni: .La Argentina es un infierno.

Dijo Le Monde: En la Argentina los chicos no pueden caminar por la calle. En la Argentina se mata a la gente por la calle.

La revista Para Ti en sus rojas páginas citaba lo siguiente: “estos son sólo algunos ejemplos de los muchos que podrían mencionarse. Son los que sumaron sus voces para condenarnos, para agredirnos a través de una campaña antiargentina (...) Vamos a mostrarles a la Argentina de hoy, a un país que está empeñado en defender la paz que tanto le costó ganar (...) 

La prensa comprometida: “no contaban con su astucia”

Las metáforas y eufemismos de las publicaciones gráficas reinaron en todo el régimen, combinando lo que “se podía decir” con lo que “se quería decir”. Un ejemplo de esto, es la revista clandestina “Barrilete”, dirigida por el poeta desaparecido Roberto Santoro. Sus páginas estaban sueltas y contenidas en una carpeta para ser distribuida por partes a múltiples lectores. Así lo detalla el proyecto “Memoria y dictadura”, a lo que agrega que: “en cada hoja había una crítica cultural a la situación Argentina”.

En “Memoria y dictadura” también se nombra a otra revista muy importante en la resistencia: “Punto de Vista”, que  se lanzó en marzo de 1978, dirigida por Beatriz Sarlo.Fue concebida para mantener viva la cultura Argentina en un tiempo de crisis. La publicación daba pistas a los lectores para descifrar los mensajes sociales e identificar discursos opuestos.

El Hum® en los tiempos de cólera

En 1978, en plena dictadura y horas antes de iniciarse el “Campeonato Mundial de Fútbol, aparece Hum®, una nueva revista quincenal que lograría tener un éxito inusual en la época.Dirigida y pensada por Andrés Cascioli comienza con una tirada inicial de 40.000 ejemplares y logra vender la mitad de ellos.

Junto a su antecesora “Chaupinella”, pertenecía a la misma editorial que “La Urraca” y básicamente tenía el mismo equipo de redacción y producción. Sus páginas cobijaron y alentaron expresiones periodísticas y artísticas que otros medios ignoraron hasta convertirla, durante la oscura noche de las botas largas, en un símbolo de libertad de expresión y de compromiso con la democracia y los derechos humanos. 

Hum® aparece de la mano del dibujante y artista plástico Andrés Cascioli que, acompañado por Tomas Sanz,  formaron un gran equipo entre los que figuraban: Grondona White, Ceo, Limura, Horacio Altuna,  Meiji, Izquierdo Brown, Roberto Fontanarrosa, Alejandro Dolina, Mona Moncalvillo, Enrique Vázquez, Jorge Sábato, Gloria Guerrero, Aquiles Fabregat y Osvaldo Soriano -desde su exilio europeo-.

Dibujos rechazados y voces de protesta ignoradas por los medios masivos de comunicación encontraron en Hum® un refugio para ejercer la libertad de expresión y decir lo que muchos preferían (o debieron) callar. Fue una publicación quincenal, en la que figuraban discursos heterogéneos que facilitaron el vínculo entre la cultura intelectual y popular. Su desafío audaz al régimen lo realizaba a través de entrevistas y testimonios. A raíz de esto Hum® sufría  represalias constantes. En su génesis, los primeros ejemplares fueron vendidos clandestinamente.

Para poder entender mejor las características de la revista, a continuación mencionaremos cómo se realizaban las tapas. La  primera portada decía “Menotti de Hoz dijo: “El mundial se hace cueste lo que cueste”. Menotti era el director técnico del seleccionado argentino. El apellido De Hoz se refería al entonces ministro de Economía. De la unión de estos nombres surge “Menotti de Hoz”. De hecho, la caricatura representa a un personaje con algunas características del director técnico (cabello lacio, nariz, ojos) y con otras de Martínez de Hoz (orejudo). La frase del personaje era entonces "El mundial se juega cueste lo que cueste" lo cual se puede interpretar irónicamente y en doble sentido: no importa quién esté desapareciendo y muriendo en este momento; no importa que la economía esté naufragando, de todos modos vamos a divertirnos mirando el mundial a toda costa”.

Según una monografía titulada “Libertad de Prensa” de Marca Valentín, durante el primer año de la revista, las tapas son ocupadas por personajes de la farándula o del deporte, no son frecuentes los personajes de la política, por una clara censura a la libertad de prensa. Aunque en el Nº 8 aparece caricaturizado Martínez de Hoz. En ella se ve al ministro de economía tratando de salvarse de un tiburón que lo viene persiguiendo para comérselo. Esto alude a que un año antes se había estrenado en  cine la segunda parte de la famosa película dirigida por  Steven Spielberg  que lleva el nombre del voraz pez antes mencionado. El encabezado de la revista decía "Contra las pirañas de la importación". Se sabe que las pirañas son depredadores y aquí los comparan con las importaciones coreanas, ya que durante ese gobierno se favorecía la compra de productos de Corea que costaban menos que los nacionales.

Los militares aparecieron como objeto de la caricatura de portada un poco más tarde, cuando la revista ya estaba afianzada en el mercado. Valentini también destaca que: “en el Nº 24 se puede ver una caricatura que muestra al entonces presidente Videla que se hunde en el mar con una banda presidencial donde se lee "Industria Nacional”. La editorial de este número incluye una caricatura con un diálogo en el cual se plantea una imaginaria reunión  para decidir la tapa: “¿Se debe hacer la tapa o no? ¿Videla debe parecer lindo o feo? Se habla acerca del sentido del Humor de Videla”: “(...) no me lo imagino clausurando una revista porque no le gustó una caricatura de él naufragando, de todos modos vamos a divertirnos mirando el mundial ‘cueste lo que cueste’”.

A fines de 1979 los reportajes se estilizaron con una sección fija a través de los cuales diversos artistas tuvieron espacio. Más tarde, en 1981, comenzaron a tener lugar los políticos. En ese periodo, la revista Hum® llegó a publicar tres reportajes por edición.

Una situación conocida dentro de la gráfica argentina fue la censura que recibió el número 97, de enero de 1983. El mismo fue secuestrado por orden del Ministerio del Interior cuando todavía estaba en la imprenta, a causa de una nota del periodista Enrique Vázquez que transcribía el diálogo inaudito, cargado de amenazas, entre el auditor del Ejército, general Héctor López Domínguez, y el juez federal Pedro Narvaiz, que finalmente se iría del país. Algunos ejemplares ya se habían llevado a los kioscos, de donde se secuestraron. Los pocos que se salvaron fueron ocultados por los quiosqueros y distribuidos en la clandestinidad.

Según Marca Valetini, en su trabajo Libertad de Prensa,  en 1979 el número de ejemplares vendidos fue de 156.238. Poco después del número 24, en diciembre de 1979, la revista comenzó a aumentar en forma importante la cantidad de ejemplares vendidos por edición, finalizando el año con un total de 565.947. A partir de ese momento el incremento de las ventas es progresivo, llegando en 1980 a los dos millones de ejemplares anuales, y en 1982 a más de cuatro millones.

Hum®, en un principio, no criticó frontalmente al gobierno, sino que cuestiono ciertas acciones como el Mundial, los viajes y también el aspecto económico. Poco a poco fue incorporando la crítica a los militares como elemento de una posición publica. A partir de 1981, las críticas se hicieron más frontales.

¿Por qué sucedió todo esto? En primer lugar, porque la dictadura comenzó a mostrar sus puntos más débiles y su crisis interna; en segundo lugar, porque Hum® se estableció como una revista en el mercado y dio lugar a un discurso político opositor que género consenso.

Siguiendo a Valentini, a partir de 1984, la situación de las ventas tomó un sentido inverso: de casi 5 millones de ejemplares vendidos al año, produciéndose una abrupta caída en 1985 (año de recesión económica en donde se implementa el “Plan Austral"), se pasó a 1.857.658 al año siguiente, esta última cifra se mantuvo con muy pocas variaciones en los siguientes dos años, volviendo a declinar las ventas hacia 1988 a un millón de ejemplares. Tengamos en cuenta que el ejemplar Nº 1 costaba $1000 y en el año 1983 costaba $50.000.

En “Libertad de Prensa” figura una entrevista hecha a Cascioli donde declara: “la revista de la cual me ocupé fue de mucha ayuda para los argentinos que sentían que lo que pasaba en el país era desastroso, además de servir de información de ésta situación“. Por este motivo la gente que compraba esta revista opinaba sobre lo que estaba pasando a través de este mismo medio, así lo demuestra una carta de un lector a la redacción de Hum® que decía:
Desde que los descubrí tengo  montones de cosas que quisiera decirles. Fundamentalmente ésta: “ya no tengo miedo”. Por supuesto siempre supe que no estamos solos, pero son tantos los años de anestesia, que uno al final, de a poquito, sin darse cuenta se va entregando. (...) Yo también me borré, si total sabemos cómo viene la mano (...) Los argentinos no somos tarados, ni frívolos y si compramos buzones es porque no hay otro remedio. Y la anestesia ya no funciona por una razón muy simple: acostumbramiento. Y entonces vuelvo a ser un poco el de antes. No hay que entregarse (...).(Revista HUM®, Nª 39, julio 1980, Pág. 14)
Una generación juvenil entera se constituyó en un público leal y activo, y hoy la recuerda como un hito en sus vidas: a través de la revista se informó, rió, juntó bronca, adoptó gustos y hábitos culturales, y aprendió a ser crítica. Se trata, sin dudas, del último fenómeno gráfico masivo producido en la  Argentina por la cultura alternativa.

Una flor en el desierto

Agencia Taller dialogó con dos asiduos lectores de la revista Hum® que brindaron su perspectiva de lo que ésta representó para nuestra provincia y el país.

Javier Ozollo es  profesor de las cátedras de Sociológia del Conocimiento y Sociología del Arte y la Cultura, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Su opinión de la revista Humor versa : "Fue una revista, sobre todo, de la clase media preocupada por la democracia. Una buena revista. Bien hecha. Buen formato. Donde escribía gente interesante. Era original en el sentido de lo que había en la época, que era nada. Era una flor en el desierto, entonces era una cuestión muy particular. "

Por su parte la Licenciada Graciela Cousinet, vicedecana  y profesora de la misma Facultad declara: "Fue como una especie de aire fresco en la época de fines de la dictadura. Era una expresión de la oposición. Me parece que en ese momento aglutinó a todo el arco progresista."

 La revista era leída, según Ozollo,  por "la clase media. En términos sociológicos te diría la ‘pequeña burguesía urbana’. Básicamente adolescentes que habían transcurrido la mayor parte de su adolescencia durante el proceso.". En tanto la Vice-decana comenta: "En general yo diría clase media. Pero también  ésta clase en la Argentina comprende un amplio espectro, desde el empleado de comercio hasta el profesor o el juez, o sea, son sectores muy heterogéneos y además porcentualmente ocupan una franja muy importante. Así que de alguna manera creo que contribuyó a consolidar la oposición a la dictadura militar. Yo creo que, de alguna manera, también es uno de los elementos principales que explica el triunfo del alfonsinismo". Este último concepto referido a Alfonsín es reforzado por Ozollo: "Tuvo mucho que ver con el tema de la democracia, o sea, la revista hacía mucho hincapié en las libertades públicas. Mucha gente se hizo alfonsinista a partir de leer Humor. Se hizo alfonsinista porque Alfonsín representaba de alguna manera, en el campo de lo político, el tema de la democracia."

Las declaraciones son similares a la hora de hablar de la facilidad para acceder a la revista. Javier Ozollo: "Era fácil. Se encontraba en casi todos los kioscos. Supongo que era mucho más fácil desde el año ’82. “En tanto que para Cousinet: "No era difícil, se conseguía en los kioscos sin ningún problema”. En el contexto de la dictadura para Ozollo "aparecía como una revista liviana de humor. (...) Acá en Mendoza, me parece que la empezamos a conocer  alrededor del ‘79, ‘80. Después de la guerra de Malvinas, el proceso  empezó en franca retirada y ya era abierta la crítica (...). Yo diría que entre el ‘82 y el ‘86 deben ser los años de esplendor de la revista". Cousinet, por su parte, opina: "Creo que alguna vez fue censurada.  Aprovechaban todo, en ese sentido tenían una capacidad asombrosa de, a través del humor y de la sátira, criticar a la dictadura. A mí me parece que con esto era muy eficaz el humor como forma de crítica. (...) Realmente encontraron una herramienta sumamente útil para destruir a la dictadura de los cimientos, es decir a partir de la propia legitimidad, riéndose de la solemnidad, de la estrechez de miras de los militares, de su escasa comprensión de la realidad y del mundo."

Ideología en tiempos oscuros

"Era más bien una revista democrática, en el sentido de defender las libertades públicas.  Básicamente esa era la ideología progresista. Lo que se conoce en la clase media como progresista eran los sectores que si bien no son de una izquierda formada políticamente, son sectores más abiertos, defensores de los derechos humanos, de las libertades públicas, etc. Se emparentó, me parece, mucho con gente de la izquierda del radicalismo socialdemócrata, principalmente el fuerte alfonsinista estuvo ahí. Pero también los sectores de la izquierda peronista y muchos sectores de la izquierda tradicional argentina  también leían esa revista." Y con respecto a la contraposición ideológica con la dictadura Ozollo continúa: "Seguramente jugó un papel importante en la dictadura. Era una ventana de escape a toda la opresión cultural que se vivía con la dictadura. Creo que vista con la perspectiva y con el tiempo, la revista fue importante en su momento, después evidentemente perdió peso porque ya las cuestiones que planteaban eran cuestiones de todos los días. Era una flor en el desierto, cuando el desierto se empezó a llenar de flores, ya no era lo mismo. Yo creo que ese lugar en el público fue ocupado por Página 12".

Osadía

Desde la mirada de nuestro entrevistado, los redactores e ideológos de la revista: "Se atrevieron a mucho durante el proceso, pero con la llegada de la democracia la revista se quedó en la misma línea que mantenía, que era una buena línea, pero que en la democracia no alcanzaba para la avidez de búsqueda de cosas que uno quería encontrar. Seguramente se atrevieron a mucho, demasiado diría yo. Se jugaron creo que la vida en algunas cosas, en la época del proceso (...) Cumplió un ciclo, que no me parece mal que haya sido un ciclo. Un ciclo muy bueno. Creo que ha sido la revista de historietas, del dibujo, del comics, de lo más importante que ha tenido la Argentina. "

 La Vice-decana coincide, en alguna forma diciendo: “Demostraron que se podían hacer muchas cosas, o sea, como uno muchas veces se autocensura ¿no?. Yo creo que la revista demostró eso, que se podía, y que era cuestión de animarse. Estaban dadas las condiciones, obviamente. En el 76 esa revista no hubiera podido salir. De eso no me cabe ninguna duda. Pero ellos fueron los primeros, tal vez, en darse cuenta que estaban dadas las condiciones como para largar una revista tan corrosiva, tan satírica, como la revista Humor". 

Departamento De Cultura

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