En el caso de la primera forma de reclamo, la obstrucción de calles o avenidas, mortifican a conductores en general que no tienen que ver con el reclamo y pasa desapercibido para quiénes va dirigido. En el segundo de los casos, la huelga, la realización de ellas impide el funcionamiento normal de las instituciones logrando un caos a usuarios de las mismas que no tienen mucho que ver con la solución del pedido, sumado a esto se atrasa trabajo y hasta en algunos casos, se aumenta debido a los días de inactividad. En el caso de la tercera acción, las tomas, me parece la más peyorativa. No creo que la toma de un establecimiento educativo haga juego con el pedido o el deseo de estudiar, es decir se pide porque se deje estudiar impidiéndolo con una toma, esto me resulta! bastante irónico...
A pesar de esto, es cierta la necesidad de reclamo, pero me parece que hay que buscar otras estrategias o tácticas que provoquen resultados más beneficiosos y por supuesto óptimos para todos. Tendríamos que empezar a apelar a la creatividad a la hora de mostrar nuestros desacuerdos. Acudir a otros métodos fácticos en que nuestros reclamos se concreticen y se entienda que éstos no quieren entorpecer el normal funcionamiento de las actividades, sino solucionar problemas.
Quizás empezando por un cambio en nuestras formas de manifestarnos se logre una diferencia en los resultados de los pedidos.
Estoy de acuerdo en que existan estos tipos de acciones para manifestar las injusticias, las necesidades y los desacuerdos entre las jerarquías de las diversas instituciones involucradas, me parece que están un poco pasados de moda o a lo mejor con algo distinto se lograría óptimos resultados.
Andrea Abrahan
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