Para una región como la de Mendoza, es una necesidad importante contar con una formación académica de profesionales de excelencia que contribuyan al desarrollo del sector agrícola en su conjunto.
En respuesta a esa necesidad, la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo acaba de inaugurar el Doctorado en Agronomía, acreditado por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) y cuyos cursos comienza durante este mes de agosto, con la dirección de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado (SECyT).
El director de la flamante carrera, doctor Claudio Rómulo Galmarini, ofrece en una entrevista los conceptos fundamentales de esta disciplina y presenta diversos aspectos de la nueva oferta.
¿En qué se basa la Agronomía?
La Agronomía es una ciencia muy amplia que obviamente abarca todo lo que tiene relación con la producción en el campo o con la actividad agropecuaria. Por otra parte, involucra procesos que van desde la producción primaria hasta la transformación en alimentos. Por ejemplo, si uno hablara del vino, producto emblemático de nuestra zona, hablaría de la producción en el campo de las uvas pero también de todo lo que tiene que ver con técnicas enológicas para producir esta bebida y la calidad de la misma.
También tiene un aspecto de Ciencia Social porque abarca la dimensión económica de la producción agropecuaria, la relación que tiene el hombre trabajando en el campo, desde su rol que tiene como obrero, propietario de la tierra o arrendatario y su vínculo con la sociedad. Además, tiene un aspecto ambiental cada vez más importante.
Uno de ellos puede ser el efecto que tiene el uso de insumos como agroquímicos, fertilizantes o derivados del petróleo en la producción de alimentos. Otro es el uso del agua, algo muy importante para nuestra zona, un recurso escaso y que tenemos que aprender a usar con una eficiencia mucho mayor. Para esto, desde la Agronomía se puede medir para la producción de un determinado alimento cuántas unidades de agua se utiliza, es decir, su huella hídrica.
¿Cuáles de estos aspectos abarca el Doctorado en Agronomía?
El doctorado es el título máximo que otorga una Universidad. En nuestra Universidad tenemos el Doctorado en Biología (que es el PROBIOL). Sin embargo, este Posgrado está mucho más enfocado en aspectos básicos de la disciplina biológica. El de Agronomía, implica a diferencia del de Biología, contemplar aspectos de tecnologías aplicadas al proceso de producción de alimentos.
Creemos que nuestro sector académico, no sólo en la Facultad de Ciencias Agrarias sino en el conjunto de otras unidades académicas de la Universidad y en otras instituciones como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (el INTA) y el Centro Científico Tecnológico del CONICET (CCT-Mendoza), cuentan con recursos humanos muy bien formados capaces de dotar a este Doctorado de la calidad que requiere.
En este sentido, el proceso ha alcanzado un buen grado de madurez. Lo que quiero decir es que nosotros ya hemos logrado que se formen grupos consolidados de investigación y de trabajo en diferentes temáticas, capaces de generar proyectos y luego dirigir donde las tesis estén incluidas.
Hemos tenido una inscripción muy numerosa y, sobre todo, somos optimistas en lo referido a cumplir con las expectativas de nuestros inscriptos.
¿Cuáles fueron las justificaciones teóricas y académicas para plantear el Doctorado?
En la Facultad ofrecemos ya diferentes Posgrados: Maestría de Horticultura, de Viticultura y de Riego y Drenaje que tienden a una formación importante pero a nivel profesional sobre todo. Pero la Universidad, en estos tiempos que corren, tiene casi la obligación de ofrecer Doctorados que garanticen la formación de profesionales que se van a desempeñar mayormente en el campo de la academia o de la investigación de alto nivel.
En la práctica, si bien participamos mucho en el Doctorado en Biología -que está también unido a la Facultad de Ciencias Médicas y al CCT- que es muy bueno, tiene un enfoque biológico y responde fundamentalmente a preguntas básicas de esa disciplina.
La Agronomía pertenece obviamente a las Ciencias Biológicas pero tiene un enfoque aplicado y, a veces, de mucha tecnología, no tanto de ciencia básica. Entonces, la justificación es brindar esta posibilidad de hacer estudios doctorales más enfocados a las disciplinas agronómicas y a lo tecnológico, sin descuidar aspectos básicos.
¿Qué respuesta han tenido en los graduados?
Este doctorado fue aprobado por CONEAU el año pasado con una muy buena evaluación. Veníamos trabajando desde hace tiempo para presentar toda la documentación. Justamente por esto, la inscripción se abrió en el segundo semestre del año pasado, es continua y ya tenemos catorce inscriptos.
¿Cómo es la modalidad de cursado?
La modalidad es flexible. Tenemos cursos obligatorios como Epistemología, dos cursos de Estadística, Comunicación Científica, Seminario I y II que tienen que ver con el proyecto de tesis. Ofrecemos muchos cursos que son optativos, algunos, están en las currículas que tiene nuestra propia Facultad. Además pueden los doctorandos tomar cursos en otras unidades académicas del país e inclusive del exterior. Y tienen que hacer obviamente una tesis, que debe ser un aporte original al campo de la Agronomía. Este es un aspecto central del Doctorado.
Respecto a este desarrollo tecnológico más específico de la agronomía ¿nos podría dar un ejemplo?
Hay muchos ejemplos en Agronomía de los desarrollos de nuevas tecnologías. Quizás, los ejemplos más claros son los aportes de la Biotecnología.
Los cambios a la introducción de un gen, como es la resistencia a un herbicida -que es la resistencia al glifosato en soja- que trae aparejado ese evento tecnológico, han sido notables. Primero porque da más facilidad de combatir las malezas y utilizar tecnologías como siembra directa en soja; pero también, sumado al contexto de demanda mundial, ha permitido un avance notable de la producción de soja en el país, que hoy es el principal cultivo en Argentina.
También tiene otros aspectos debido a que las tecnologías no son neutras. Ha provocado el desplazamiento de las tecnologías agropecuarias, sobre todo de la ganadería y varias otras consecuencias. Pero ahí tenemos un solo cambio tecnológico que trae consecuencias muy importantes para la sociedad.
En viticultura, el cambio de paradigma que ha ocurrido en los últimos años acerca del consumo de vinos varietales de mucha calidad enológica ha producido una transformación en la tecnología de cultivo de vid.
En horticultura, uno de los problemas acuciantes que tiene el sector -no sólo en nuestra zona sino en el país- es la falta de mano de obra para algunas actividades que son temporales, sobre todo algunas que son de plantación y de cosecha de cultivos. Por lo tanto, el cambio tecnológico asociado a eso se traduce mucho en la mecanización de cultivos.