La Facultad de Ingeniería (UBA) aprobó modificaciones curriculares para adecuar algunas carreras a los parámetros de la Coneau. Los alumnos denunciaron maniobras del consejo directivo y aseguraron que los cambios serán contraproducentes.
Tres carreras que se dictan en la Facultad de Ingeniería de la UBA tendrán una modificación en sus planes de estudios. Con la oposición de un sector de los estudiantes, Ingeniería Civil, en Electricidad y en Electrónica gozarán de una remozada currícula cuando sean aprobadas por el Consejo Superior de la universidad. Los alumnos denunciaron “maniobras” de parte de las autoridades para lograr los cambios que “se acomodan a las exigencias de la Coneau” (la entidad nacional encargada de evaluar las carreras). Mientras, el decano Carlos Rosito defendió las modificaciones porque “era necesario actualizar los contenidos”.
“Corrieron una maratón porque se les vencen los plazos para acreditar en la Coneau. Y lo que lograron fue asentar mamarrachos en los planes de estudios”, denunció a Página/12 Fernando López (MLI), dirigente del centro de estudiantes de la facultad y estudiante de Ingeniería Eléctrica. Los planes de estudio están vigentes desde 1986. Los alumnos están “de acuerdo en cambiarlos y actualizarlos, pero no de la manera en que lo hicieron, de manera inconsulta y en tiempo récord”, dijo López.
Los estudiantes objetan tres puntos que consideran de mayor importancia: la introducción de Prácticas Profesionales Supervisadas que tienen una carga horaria mínima de 200 horas. Para ellos, implica darles a las empresas privadas “un ingeniero casi recibido para que trabaje gratis”. “Pero además la investigación entra en este ítem, donde la facultad termina tercerizando los laboratorios, es decir que se utilizan las instalaciones públicas para hacer investigaciones privadas”, explicó el dirigente estudiantil.
Las innovaciones exigen un examen de nivel de inglés obligatorio para la graduación: “Pero la facultad no garantiza la cursada de un idioma”. También se establece un régimen de regularidad que los alumnos denuncian que generará una “grave deserción”, por los niveles de exigencia que tiene y por “la falta de una oferta horaria acorde a la realidad de los estudiantes”. Con las dificultades añadidas por “las condiciones de cursada que ofrece la UBA por el desfinanciamiento”.
El decano Rosito defendió lo actuado porque “se consensuó con los directores de carreras y luego se trabajó en las comisiones curriculares como corresponde”. La reforma iba a tratarse en una sesión ordinaria del consejo directivo de la facultad el año pasado. “Esto está absolutamente ideologizado, cuando se convocó a la reunión grupos de militantes nos agredieron al punto de tener que suspender la sesión”, dijo el decano. Luego hubo una reunión extraordinaria el 29 de diciembre para intentar terminar la reforma. Pero la sesión fue levantada otra vez, ante la protesta estudiantil, y los consejeros siguieron la reunión fuera de la facultad: “Lo peor es que se fueron a un bar en Villa Urquiza, cerca de la casa del decano, donde cerraron los cambios sin la presencia del claustro estudiantil”, relató López. Finalmente, las modificaciones terminaron de aprobarse el miércoles pasado, después de nuevos cambios de sede.
La Coneau es un ente creado hace más de diez años para regular la calidad de la educación superior. Para gran parte del movimiento universitario, se trata de un instrumento de control de las casas de estudios y de su adecuación a estándares delineados por los organismos financieros internacionales. Hasta el momento, la Facultad de Ingeniería de la UBA no cuenta con ninguna carrera acreditada en la Coneau, algo de lo que se jactan las agrupaciones estudiantiles de izquierda que gobernaron el centro de estudiantes durante los últimos años.
“La única facultad de Ingeniería del país que no ha acreditado ninguna de sus carreras en la Coneau somos nosotros y esta situación nos deja afuera de una cantidad de fondos que el Estado destina a las carreras que sí lo están”, dijo Rosito. “Desde Dinamarca hasta Bolivia todos los países tienen organismos de acreditación, no veo por qué no podemos ingresar al sistema.” El controvertido cambio curricular permitiría que al menos tres carreras de Ingeniería se adecuen a los parámetros exigidos por la Coneau. Para oponerse, los estudiantes analizaban manifestarse mañana en el Rectorado de la UBA.