Alborozados, unos 200 jóvenes que no terminaron la EGB3 se reunieron ayer en las instalaciones militares de calle Boulogne Sur Mer, donde se les informó dónde cursaran el Servicio Cívico Voluntario y qué oficio le tocó a cada uno.
En total, hubo 350 inscriptos y de ellos fueron sorteados 290. El Estado les pagará $150 por mes para sacarlos de las calles o ayudarlos a completar su educación elemental. Aprenderán carpintería, gastronomía, metalúrgica, talabartería, zapatería, mecánica, electricidad del automotor o instalación eléctrica domiciliaria.
El cursado comenzará el lunes en turnos de 8 a 16 o de 14 a 22 en el Liceo Militar, el Hospital Militar, la Base de Apoyo Logístico (todas en Boulogne Sur Mer) y un taller de calle Lencinas, camino a la UNCuyo.
Ayer, los chicos llegaron al lugar con la esperanza de haber ingresado por sorteo de la lotería de Mendoza. Algunos acudieron con los padres porque querían saber cómo se desarrollarían los talleres y otros no se ponían rojos en decir que “vine porque mis padres me obligaron”.
Según explicó Viviana Zabala, directora del Servicio Social Voluntario, “si bien las clases empiezan el lunes, hasta el miércoles los chicos deberán completar la documentación y decir si aceptan el oficio, porque no a todos les tocó el que habían elegido. El jueves habrá una segunda oportunidad donde podrán ingresar los chicos que están en listas de espera”.
El Gobierno anunció, cuando se realizó la presentación del proyecto, que se incluiría a 1.000 chicos que comenzarían sus clases y capacitación a principios de año. Esta previsto que otros 750 comiencen el lunes 18 en los Centros de Capacitación para el Trabajo.
Estos talleres se realizarán en los centros ubicados en todos los departamentos de la provincia. Tendrán otras ofertas como: costura industrial, información turística, apicultura, soldadura, panificación, entre otros. Los chicos recibirán $80.
Gladys López, subdirectora de Capacitación para el Trabajo, explicó que el servicio voluntario intenta instalar en los chicos los valores del compromiso y la solidaridad.
“Los beneficios los extendemos a otras instituciones, por eso es voluntario. Si los chicos eligieron panificación deben realizar pan y entregarlo a un comedor”, ejemplificó López.
A Cristina no le gusta la prensa
Carpeta en mano, la esposa del gobernador Julio Cobos, María Cristina Cerutti, llegó a las instalaciones del Ejército Argentino donde se dividiría a los chicos del Servicio Cívico Voluntario secundada por la directora del programa, Viviana Zabala.
Enojada, dijo que no tenía por qué hacer declaraciones y discrepó en la idea de contestar preguntas periodísticas.
Pero después explicó que estaba “colaborando porque faltaba gente para la tarea de la documentación y certificados de buena conducta para corroborar a los inscriptos”.
“No estoy trabajando, estoy colaborando porque es una idea de mi marido y conozco el esfuerzo que hizo para que pueda implementarse este programa. Como faltaba gente vine a ayudar pero tienen que hablar con la directora del programa”, sostuvo molesta.