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UNO: Ayudar es parte de su rutina diaria

Por su cotidiana tarea solidaria, Soledad Silione fue premiada como joven destacada por el CEM

12 de julio de 2004, 16:37.

Del asistencialismo a la solidaridad hay un buen trecho. Y Soledad Silione (23) es uno de los referentes más jóvenes de la provincia en esa materia, que ha aprendido a distinguir la diferencia hace ya un buen tiempo. Esta chica, que en marzo recibió un premio del Consejo Empresario Mendocino (CEM) como joven destacada en el rubro labor solidaria, dejó atrás el mero concepto de donaciones y asistencia a través de comedores infantiles para instaurar la cultura del trabajo en algunos de los barrios más carenciados de Mendoza. “Aprendí no sólo a regalar el pescado sino también a ayudar a pescar”, sentencia ahora Soledad, quien dice haber sentido la necesidad de ayudar a los demás desde muy chica. A los 16 años ya andaba reuniendo ropa, comida y juguetes entre sus vecinos para entregarlos luego a la Parroquia de la Consolata, en Guaymallén. La asistencia se repitió acercando alimento a las familias del carenciado barrio San Martín (Capital) y en un trabajo de voluntariado desde la capilla del barrio, en Guaymallén. En el 2002, Canal 7 mostró a sus televidentes los barrios que necesitaban un comedor. Entre ellos, se encontraba el barrio Los Dos Angeles, también de Guaymallén, cuyas familias vivían –y aún viven– de un basural. Fue allí cuando Soledad decidió arrimarse con un grupo de amigos.

Estos luego se bautizarían con el nombre PIBES (Proyecto Infantil Brazos en Solidaridad) para encauzar una tarea más global que abarca desde el establecimiento precario de un comedor (que luego se suspendió porque les impedía a los chicos compartir ese momento con sus padres) hasta apoyo escolar, atención médica y, fundamentalmente, la transmisión de valores esenciales para un desarrollo digno en los chicos. En ese barrio todavía no cuentan con luz eléctrica ni agua corriente para que las 18 familias que allí habitan puedan higienizarse y “vivir” de noche. Así las cosas, PIBES tuvo que enfrentarse a “la desunión entre las madres y la lógica desconfianza hacia nosotros, porque están cansados de que venga gente que se dice solidaria, los utilice por un tiempo y después se van”, asegura a UNO esta joven que además cursa el 5º año de la Licenciatura en Comunicación Social, en la UNCuyo. Pese a todo, los PIBES lograron organizar a los vecinos, al punto de que ahora son las madres quienes elaboran pan para venderlo en el centro y así sustentar a sus familias. “Es un porcentaje mínimo a comparación de las donaciones que nos llegan de otro lado. Pero al menos esas familias se sienten dignas porque pueden alimentar a sus hijos con el propio esfuerzo. El barrio recuperó su dignidad y eso significa que la misión solidaria se cumplió”, concluye nuestra heroína.

El “aguante” de Gastón y Mambrú

El proyecto PIBES no sólo se ganó el reconocimiento del Consejo Empresario de Mendoza. Su noble causa fue apoyada también por el reconocido actor y conductor del programa Ser Urbano, Gastón Pauls, y por la banda juvenil Mambrú. Ambos visitaron el carenciado barrio Los Dos Angeles cuando pasaron por la provincia. Pauls destinó un programa entero para mostrar la miseria que rodea a la popular barriada, a la vez que rescató la labor solidaria de los casi 20 chicos que conforman PIBES. La emisión tuvo tal repercusión (gran parte de las familias que allí residen viven de un basural) que enseguida “ardieron” los teléfonos para entregar un centenar de donaciones. “Todavía estamos pensando en construir un salón para todas las actividades que realizamos en el barrio y para una biblioteca. Hasta ahora nos presta su casa Casimiro Bustos, uno de los vecinos. Pero no queremos molestarlo más, ya hizo demasiado”, dice Soledad Silione.

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