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Uno: Buen día: Desastre educativo

El porcentaje de alumnos que completan el cursado del Polimodal pero que no terminan porque les quedan materias pendientes es para alarmarse (ver página 3) y debe hacernos reflexionar, pues nos habla de una sociedad que se queda a mitad de camino.

17 de mayo de 2006, 13:25.

El gran interrogante debería estar orientado a rastrear las razones del fracaso y los porqués de la falta de energía para terminar con lo que se ha empezado.
 
En primer lugar hay que hacer carne la mala valoración que existe de la educación como herramienta para la vida, si se piensa que tantas personas llegan al umbral de una etapa y no tienen los incentivos para trasponer esa meta y buscar otras. Sólo cuando por algún motivo laboral se les requiere el papel que certifica que hicieron ciertos estudios, muchos intentan terminar. La significación ya no es la misma, pues no se trata de una realización personal en tiempo y forma, sino de un imperativo que viene desde afuera. Desde ya que no hay deseos de seguir, pues no se termina para iniciar una etapa más elevada de estudios, sino, como se ha dicho, simplemente para completar con un formalismo para conseguir un trabajo.
 
Cuando se ven los largos paros que hay en las universidades o la imposibilidad de elegir rector en la UBA se llega a la conclusión de que no hay una ejemplaridad que pueda impulsar a esos alumnos de Polimodal a terminar para continuar. ¿Para qué? Para que una avanzada de iluminados, pertenecientes a sectores que nunca se han incorporado plenamente al juego democrático porque no juntan más de diez votos, les marquen qué día van a tener clases y cuáles no. Para que esos mismos grupos decidan que nuestra más grande casa de estudios no puede elegir autoridades porque ellos consideran que los candidatos no son los apropiados. ¿Por qué no intentan frenarlos por métodos democráticos si es así?
 
Pero lo cierto es que muchos mendocinos no terminan sus estudios y se quedan con materias previas y eso es un hecho que duele. Seguramente las razones son variadas, lo que no hay que dejar de analizar es que se trata de gente que llegó hasta el final, así es que con ellos no se puede invocar el viejo latiguillo de que el sistema es injusto con los pobres y no los dejó estudiar. Se trata de personas que llegaron, pero no quieren o no pueden terminar.

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