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Uno: Buen día: Recordar a Perón

Ayer Mendoza tuvo tres sucesos que están ligados a la provincia que construye y va para adelante, con dificultades, con trabas, con esfuerzo, pero que apunta a un futuro mejor. Se inauguró el Centro de Congresos y Exposiciones de Palmares, se firmó el acuerdo de la Onabe con Puerto Madero para el Plan Maestro del desarrollo de los terrenos del ex ferrocarril San Martín y se firmó el dinero para las 11 mil casas que el INV construirá en la provincia con financiamiento del Segundo Plan Federal de Viviendas. Estos tres hechos tienen una significación trascendente para Mendoza.

12 de agosto de 2005, 13:22.

Lo curioso es que se dan en el mismo momento en que la UNCuyo se paraliza por los paros docentes, produciendo que quienes estudian en universidades privadas les saquen ventajas a los que no pudiendo pagar van a las estatales.
Los empleados del Estado en su conjunto han anunciado un paro que dejará a los mendocinos una vez más sin salud, sin justicia y, al igual que en el nivel universitario, sin educación.
Toda esta situación se da en el marco del delirante conflicto de poderes entre el Judicial y el político, que ya abarca tanto al Ejecutivo como al Legislativo, teniendo a la provincia en vilo. Además de que ya ha producido un daño institucional difícil de reparar.
El general Perón decía que es preferible un conductor mediocre que ejerza el poder que dos muy buenos. La razón del viejo zorro de la política es obvia, ningún organismo resiste dos conducciones sin que se produzca una crisis.
En esa Mendoza progresista que construye tanto en lo privado como en lo público, pero que no estudia ni trabaja ni da salud y justicia, un poder ha tomado por asalto la conducción.
Los jueces manejan el presupuesto mediante embargos, dictan la política educativa con sus sentencias (en el tema de la mayor cantidad de horas de Lengua e Historia en vez de Tecnología), incluso determinan criterios estéticos (en el juicio por el libreto vendimial) y finalmente controlan también el hacer legislativo. De ese modo por un lado hay una conducción formal ejercida por la política, que algunas cosas sigue manejando con dificultad, pues se expone siempre a la venganza judicial, y por otro la magistratura gobierna y conduce.
A Perón no le hubiera gustado.

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