Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Uno: Carta de lectores: Transexualidad y cambio de sexo

Señor director: Marcos/ “Nati” es un adolescente que padece un trastorno psicopatológico, tipificado como una clase de transexualidad en la clasificación internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud y como Trastorno de Identidad de Género (TIG) en el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Americana.

14 de octubre de 2005, 11:02.

El caso informado por UNO (05/10/2005) sobre otra intervención en una “niña” de 14 años no es asimilable, pues este paciente tenía testículos no descendidos, y por tanto se trataba de un estado intersexual, condición física que, por definición, no existe en el TIG.
El paciente con TIG se cree, de manera firme y persistente, un miembro del sexo opuesto al biológico, rechaza este último y padece sufrimiento y disfunción social clínicamente significativas, en ausencia de malformaciones o defectos físicos.
Dada la naturaleza del trastorno, su tratamiento racional es psicológico (del paciente y la familia). En este sentido hay experiencias alentadoras, aunque las perspectivas son mejores cuando la terapia es precoz; en el caso de Marcos, al parecer los padres demoraron 9 años en buscar ayuda profesional. Para peor, el psicólogo consultado, en lugar de tratar el TIG consideró que la identidad femenina era la verdadera.
Como resultado, los padres de Marcos han accionado legalmente para interferir con el desarrollo adolescente mediante tratamiento hormonal, como paso previo a intervenciones quirúrgicas para “cambiar el sexo” del jovencito, mediante castración, vaginoplastia e implantes mamarios. Hace tiempo que los trastornos psiquiátricos dejaron de tratarse con lobotomías, pero hoy se pretende tratar el TIG en un adolescente mediante una mutilación irreversible y esterilizante.
Los pacientes con TIG merecen consideración y respeto, comprensión familiar y social, y necesitan ayuda profesional. No obstante, no es en el mejor interés del adolescente que los adultos responsables decidan que el mejor tratamiento es sumarse a la confusión en lugar de tratarla. Hablar de operaciones de “cambio de sexo” es engañoso, ya que al sexo no se lo puede cambiar. La intervención le dará, en el mejor caso, la apariencia de una mujer, pero todas las células de su cuerpo continuarán llevando cromosomas masculinos.
Doctor Fernando D. Saraví, DNI 11.264.548, Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo.

Contenido relacionado