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Uno: Cartas de lectores: Carta a docentes de las escuelas de la UNCuyo

Señor Director: “Observen con atención la conducta de esta gente: la encontrarán rara, pero admisible, inexplicable, aunque común, incomprensible, pero dentro de la norma. Desconfíen del acto más trivial y en apariencia sencillo, y examinen, sobre todo, lo que parezca habitual. Rogamos expresamente: No acepten lo habitual como cosa natural. Pues en tiempos... de confusión organizada, de arbitrariedad consciente, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural, nada debe parecer imposible de cambiar” Bertolt Brecht.

10 de noviembre de 2005, 13:16.

Días atrás FADIUNC emitió una carta abierta que fue publicada en un medio electrónico. La misma era encabezada con este brillante párrafo de Bertolt Brecht. Y aunque la intención original era colocarnos junto al Gobierno nacional y las autoridades universitarias del lado de las conductas a observar, cada palabra de Brecht nos lleva inevitablemente a observar las conductas de FADIUNC.
En un principio, la frustración y el enojo nos impedían ver a los docentes desde la verdadera perspectiva, como seres individuales. La tendencia a masificarlos y convertirlos simplemente en FADIUNC fue tal vez un gran error de nuestra parte. Error del que vamos saliendo desde nuestro lugar de padres, cuando observamos los acontecimientos, las reacciones, las declaraciones y las actitudes de FADIUNC como institución sindical.
Los profesores de nuestros hijos son “la de Matemáticas”, “la profe de Sociales”, “el profesor de Educación Física”, el “no se dice vieja, se dice profesora”, la “ seño de inglés” para los de séptimo que arrancan con los cambios, “el que me puso un cuatro” y los que no mencionan cuando “me saqué un diez”. Personas que tienen que lidiar con treinta o más chiquillos con el prepavo, el medio pavo y el pavo completo que bien conocemos en casa. Personas que comparten la vida de nuestros hijos con nosotros como nadie más. Individuos.
Muchos hicieron uso de su derecho a trabajar desde el principio. Otros se sumaron cuando lo prolongado del conflicto lo hacía definitivamente nocivo para los chicos. Finalmente acudieron quienes consideraron el paro del 4 de noviembre un absurdo. Discreparon con las directivas de sus representantes gremiales sin que ello menoscabe en lo más mínimo su condición de docente y su derecho de percibir las mejoras que merecen.
Ellos, de alguna manera, hacen que la asimetría no sea tan brutal.
FADIUNC, por su parte, parece ubicarse en otra dimensión. Cuando los padres los desautorizan a hablar con sus hijos menores sobre la “lucha” sindical que llevan adelante, se trata de “anónimos que amenazan como en la época de la dictadura”. Cuando la Universidad emite una clara circular al respecto, se trata de “censura y ataque contra la libertad de cátedra”.
Cuando el Consejo Universitario decide no pagar los días que no trabajen, son “traicionados de repente”. Cuando una jueza federal los intima para ir a clases, “la jueza está equivocada”.
Su dimensión parece ser “no me hago responsable de nada” porque todo depende de las decisiones de Conadu Histórica. Si ésta dice que el paro sigue a como dé lugar, pues FADIUNC simplemente calla y obedece. La opción que tomaron la mitad de las universidades adheridas a Conadu Histórica de dar clases buscando otros métodos de lucha no existe en el universo de FADIUNC.
El planteo claro que se instala en la opinión pública se refiere a la modalidad que deciden para su lucha, nunca a su derecho de reclamar reivindicaciones justas.
En la dimensión FADIUNC, repiten incansables que su derecho a huelga está consagrado, que son agredidos, traicionados y amenazados mientras ellos no desmayarán en la defensa de tales derechos. El autismo es absoluto.
Esto no es una competencia. Eso es claro. Acá perdieron, pierden y perderán siempre los alumnos. Los alumnos no pueden decirle a FADIUNC: “Te vamos a pagar todo lo que nos pedís, lleguemos a un arreglo y dame clases”.
Los alumnos no pueden decirle al Gobierno nacional: “Negociemos esto o aquello para cerrar rápidamente un acuerdo”.
Los alumnos no son parte. Solamente son los únicos que cargan con las consecuencias.
Desde esta perspectiva, nos cuesta mucho comprender que como docentes, tantos otros hayan subestimado, desatendido y antepuesto sus intereses por sobre la educación de alumnos menores de edad. Saben mejor que nadie que, a diferencia de los adultos, ellos no tienen posibilidad alguna de aprender por sí mismos. Nos preguntamos cómo harán en el 2006 para enseñar sobre conceptos no aprendidos en tantos días de huelga durante el 2005.
Ahora FADIUNC ha apelado la medida cautelar de la jueza Arrabal. Imaginemos que los padres y la Universidad estamos equivocados y la Cámara dictaminara que el derecho a huelga está por sobre todo derecho habido y por haber, inclusive el de la educación de los niños. Además de los festejos de FADIUNC por este éxito jurídico… qué más va a ocurrir.
Se suspenderán los exámenes de diciembre… No se iniciarán las clases en el 2006… El Gobierno nacional se tomará sus tiempos… La Universidad de Cuyo se declarará impotente y sin herramientas… Qué más va a ocurrir
Ah sí… los chicos van a seguir quemando irreversiblemente una parte de su desarrollo fundamental.
Los docentes podrían, entonces, preguntarse: ¿qué logró FADIUNC a la fecha con 41 días sin clases? ¿El Gobierno nacional da muestras de cambiar su postura? ¿Todo el mundo habla de la extraordinaria lucha de FADIUNC? ¿Alguien se ha inmutado? ¿Cuáles son los resultados concretos de esta estrategia? ¿Por qué FADIUNC insiste en medidas nacionales cuando se cuentan con los dedos de la mano las universidades que siguen con estas medidas? ¿Por qué FADIUNC no quiere hablar del tema de la pérdida que sufren los alumnos, y sólo habla de FADIUNC, FADIUNC y FADIUNC?
FADIUNC en sí misma no existe. Como toda institución representativa… representa. ¿Se sienten realmente representados los docentes desde su individualidad por FADIUNC? ¿Realmente están de acuerdo con los planteos y la percepción de la realidad que hace en nombre de todos ustedes?
Por favor, regresen al inicio de la carta. Abran su mente y su corazón.
Volvamos a leer a Bertolt Brecht.
Sonia Mathez, DNI 12.252.974; Norma Nelly Vera, DNI 16.222.767; Angel Domingo López, DNI 13.056.669; Angel Maccagno, DNI 14.185.721; María Beatriz Cortez, DNI 18.079.730; Laura Beatriz Romero de Bajik, DNI 14.711.829; María Gabriela Constantini, DNI 22.447.075; Moisés Gustavo Bitar, DNI 17.781.019; Daniel Alberto Sampere, DNI 12.420.997; Mabel Susana Zarandón, DNI 17.214.308; Marcos Ignacio Bajuk, DNI 16.993.524; Andrea Carina Anitori, DNI 21.374.000
Comisión Padres Escuelas Dependientes de la UNCuyo escuelasdependientes@argentina.com

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