El domingo 4, el Diario UNO se refiere a mí como dirigente social al que “siempre le gusta salir en los medios”, y el martes 6, en el diario El Sol, hacen referencia a “Sara, eterno y mediático”, y plantean la inquietud de “¿cuántos hijos tiene Sara, que después de nueve años sigue teniendo relación con esos colegios?
Considero que es una buena oportunidad para expresar el porqué de mi accionar como ciudadano común, con la responsabilidad de dirigente social o político. Siempre he sostenido que mi país, Argentina, es un gran país, no sólo por sus condiciones físicas, sino y principalmente por la calidad de su gente. Es un lugar en el que todos sus habitantes tendrían que disfrutarlo y no, como la inmensa mayoría, sufrirlo, tal como es ahora. Todos debiéramos tener la oportunidad de desarrollarnos plenamente como personas, en el plano humano, el económico, el social, el político, etcétera.
Nuestro país tiene todo, para que cada uno lo logre. Pero lamentablemente no es así, ya que vastos sectores de la población están sumidos en la miseria y la pobreza, y nunca saldrán de ahí, sin una fuerte decisión política de organizar y planificar un país para todos. Otro país.
De este estado de cosas hay responsables directos, nuestros administradores de la cosa pública y nuestros representantes. Y los encargados de impartir justicia. Pero también hay responsables indirectos, nosotros, los ciudadanos comunes, los soberanos, el pueblo.
Estoy decidido a asumir el rol que me corresponde como ciudadano, ejerciendo todas las acciones necesarias para que este estado de cosas cambie, y es por ello que hago lo que hago.
Considero que la educación es una herramienta indispensable para lograr el desarrollo pleno de un país y su gente. Hasta ahora, la educación ha estado subordinada al modelo neoliberal, y por eso lucho para que cambie. Porque es necesario que la educación forme a todos nuestros niños y jóvenes en función de ese país que va a venir, que quizás demore un poco, pero vendrá.
Voy a estar luchando por cada una de las escuelas estatales y por cada uno de los estudiantes de mi provincia, hasta conseguir la mejor calidad de educación en cada una de ellas y para cada uno de ellos.
Es por ello, también, que decidí ingresar al mundo de la política partidaria, porque es la condición que impone nuestra Constitución nacional, para acceder a la representación de los ciudadanos a los lugares donde se toman las decisiones que mejoran o arruinan la vida de la gente.
Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a los medios de comunicación masiva, como el Diario UNO y el diario El Sol, por reflejar la realidad que les permite a miles de mendocinos informarse y lentamente tomar conciencia de la importancia de la educación para una población.
Que yo aparezca más o menos en los medios, no es porque me guste, sino porque estoy, y soy elegido por mis pares para oficiar de vocero, o representarlos.
En cuanto a la cantidad de hijos, quiero decirles que la menor de las tres hijas que tengo, cursa actualmente el 3º año Polimodal en el Colegio Universitario Central, y que mi inicio en la lucha por estos colegios se remonta al momento en que la mayor estaba cursando el viejo 1º año en Martín Zapata, y tengo la satisfacción de decir que mi hija del medio ingresó al Liceo Agrícola gracias a la lucha, porque le estaba vedado por la Resolución Nº1/97 del Consejo Superior.
Pero lo más interesante es la probabilidad de eternidad. Desde el 7 de agosto de 2004 tengo otro hijo, que no es una persona física, sino una persona jurídica, el Movimiento de Padres por la Educación Pública Estatal, al que dimos a luz cuatro ciudadanos comunes, a los que se han sumado varios más, dispuestos a luchar por nuestros hijos y por todos los hijos.
Jorge Sara DNI 12.436.614