–El tema forestal es muy complejo y tiene distintas facetas que son de interés para Mendoza, desde el entorno de la ciudad con sus forestales, los espacios verdes y la problemática de las rutas y caminos. Y hay una variante interesante, que es la forestación con destino comercial. Lo que plantea el diputado Puga (autor del proyecto) y me parece interesante es la puesta en valor de toda la temática forestal. En lo comercial, hay posibilidades importantes para la provincia; obviamente que no vamos a competir con las grandes zonas forestales que están en el Litoral, pero para algunas particularidades es bastante interesante y hay posibilidades muy buenas especialmente para el álamo. Siempre para interior, porque no es apta para exterior. Hay un nicho importante para el álamo, que es para hacer láminas para los terciados y requiere una madera de buen diámetro y libre de nudos. Esto tiene un mercado para la exportación; se utiliza para determinados lápices de cosmética y es importado por empresas de Brasil para ese uso.
–Es mucho lo que se puede aprovechar en Mendoza. Si bien tenemos el limitante que son los oasis productivos, fuera de eso no se puede hacer nada...
–En lo que llamamos la forestación comercial hay que ir al suplemento de riego. El álamo es muy demandante de agua, sobre todo si se quiere tener buena productividad. Fácilmente podríamos llegar al 10% de nuestro oasis dedicado a la forestación con la posibilidad de industrializarlo. La única alternativa que tenemos es industrializar in situ. No podríamos exportar madera sin industrializar porque los fletes no compensan estas situaciones. Están dadas las condiciones, pero falta reunirlas y ponerlas en un mismo sentido y en un mismo momento.