-¿Se trabaja en situaciones psicológicas o traumáticas en momentos de conflicto?
-En realidad, el Instituto es una dependencia de la Universidad Nacional de Cuyo, la que en su momento estuvo a cargo del plan de estudios. Es una carrera de grado y la idea era jerarquizar el profesional. Los dos primeros años son de Tecnicatura, de manera que a ese grupo ingresan los jóvenes de la secundaria. Lo que se hace previamente es una selección entre los aspirantes y una de las primeras cosas que se evalúa es sobre lo que usted pregunta, sobre la personalidad y el perfil de cada aspirante. Esto no es suficiente, a partir de allí nosotros empezamos a trabajar en la educación que le permitirá incorporar a un futuro policía la idea de que su función es sumamente compleja y que por delante de todo está la preservación de la vida de los demás y de la propia. Es muy difícil a veces trabajar en una institución que tiende a corporizarse, sobre todo porque hace poco que se dejó el plan de seguridad nacional, pero creo que desde hace 6 años con el instituto hemos ido modificando el tema con promociones de egresados licenciados. Hoy por hoy en el instituto se puede hablar de derechos humanos, es un tema que atraviesa toda la currícula y se puede hablar de democracia, de qué manera es un ciudadano que está para proteger al resto. Es un proceso largo, es un proceso de recambio.
-¿Cuántos licenciados son?
- Son cien y este año egresa la tercera promoción, y en la Tecnicatura tenemos desde el 1999, alrededor de 150 por año. Estos son los chicos que hoy trabajan como auxiliares y que por lo que sabemos, trabajan muy bien. Nosotros tenemos una currícula básicamente humanística, las fallas que le acusan tener al instituto es en lo estrictamente técnico, que es lo que realiza la Policía. Desde la UNCuyo trabajamos la mayoría de profesores y lo hacemos en lo humanístico, en el respeto por el otro, en la tolerancia, etcétera.
Carlos Hernández