–En muchas universidades estudian cómo enfrentar el miedo que causan en los alumnos los exámenes. ¿A qué conclusión llegaron con las investigaciones que realizaron?
–Nosotros recibíamos de los alumnos lo que todos hemos sufrido en alguna oportunidad siendo estudiantes. Hemos sufrido alteraciones en el sueño, nerviosismo, diarrea, fiebre, entre otros síntomas. Entonces pensamos cómo está influenciando lo que nosotros hacemos para que aparezcan estas perturbaciones y estas perturbaciones terminan así o se siguen acumulando. Hicimos el estudio con alumnos que tenían que rendir una sola materia, que no tenían adicciones, que no eran alcohólicos. Es decir, se tomaron todos los recaudos para decir que eran alumnos que no nos ofrecen variables equivocadas por insumos que no corresponden. Se tomaron como variables todo lo que es clínico, como la respiración y después se tomaron las variables de laboratorio. Y la sorpresa fue que hay variables como los corticoides y alteraciones en los glóbulos rojos, alteraciones en la distribución de la hemoglobina y también alteraciones en las defensas.
–¿Ustedes están en condiciones de afirmar que el alumno después de rendir ha producido una alteración orgánica?
–Claro, sucede esto y es porque hay una distribución inapropiada de los tiempos y de las fechas de exámenes. Hay una cultura del no estudio apropiado. De manera que todo esto debe advertirse, porque estamos hablando de la salud cerebral de nuestros alumnos. Esto es el inicio de una alerta para problemas mayores. Y esto pasa con alumnos que conocen a los profesores, eligen la materia, tienen compañeros. ¿Qué pasa con los niños de la calle, qué pasa con la gente que fue asaltada muchas veces, qué pasa con los miedos de las cárceles, del personal de seguridad? Es decir que esto es sólo una alerta que involucra a todo el miedo social que está viviendo el país respecto de estos temas.
Laura Carbonari radio Nihuil am680