SAN CARLOS– Con una charla del geógrafo y especialista en niveoglaciología del CRICYT Daniel Cobos, el Frente Diamante, que busca frenar la explotación minera en el departamento, inició sus actividades.

A la exposición, realizada la noche del viernes en el Centro de la Cultura de Eugenio Bustos, asistieron unas 300 personas que escucharon con atención las razones científicas por las cuales la explotación de oro y cobre en las adyacencias de la Laguna del Diamante inminentemente ocasionaría la contaminación de las aguas, afectando no sólo la producción sino también la salud de los pobladores del valle.

El intento de explotación lo encara la empresa minera canadiense Tenke, a través de su subsidiaria en la Argentina Depromin, que ya ha anunciado la decisión de explorar el área de Papagayos, ubicada sobre el arroyo homónimo que se encuentra a unos 20 kilómetros al sur de la Laguna del Diamante. La empresa aguarda la aprobación de la Provincia para realizar un camino paralelo al que sube a la Laguna del Diamante, 25 kilómetros al sur, cuya traza sería de unos 22 kilómetros.

Contaminación inminente

“La contaminación del agua tras este tipo de explotación es inminente, porque la única manera de hacerla es extrayendo el mineral a cielo abierto; después se lo tritura y luego se hace la lixiviación con agua con cianuro o mercurio, que tarde o temprano se termina filtrando y afectando las cuencas”, explicó el profesional del CRICYT.

Cobos resaltó que estos químicos –mercurio y cianuro–, que se utilizan para la extracción de oro y cobre, son altamente contaminantes, factor que saben las autoridades de la Dirección de Minería de la Provincia.

“No sólo es grave la situación de San Carlos, sino de todo el país, porque este tipo de explotación tiene varios yacimientos a lo largo de la cordillera tanto del lado argentino como chileno, donde ellos ya han tenido contaminación efectiva en el Valle de Guascaran”, detalló el geógrafo.

Para el investigador del CRICYT, lo que está potencialmente en peligro son todas las cuencas andinas, que son el vaso receptor del agua que cae por lluvia o por nieve y que hace posible el surgimiento de los ríos. 

Recurso finito

Por otro lado, el profesional advirtió que los minerales que se pretenden extraer son un recurso finito, por lo que cada pueblo debería realizar una planificación integral al respecto. “Primero hay que determinar si se está dispuesto a permitir la explotación; después, si van a recibir alguna compensación de lo que se extraiga y, por último, en qué se invertirá. Pero esto, siempre sabiendo que la contaminación es inminente”, volvió a ratificar Cobos.

En cuanto a la gran cantidad de empleos que generaría el emprendimiento minero, el geógrafo tiró por tierra esto y explicó que “la minería no necesita gran cantidad de trabajadores, ya que a la hora de la extracción utilizan maquinarias”.

Además advirtió que no hay suficiente gente calificada y apta para trabajar en este tipo de explotaciones de altura.