Las causas que provocan alteraciones en la voz, como la disfonía, son múltiples. Sin embargo, el estrés marcha a la cabeza de los motivos que producen este trastorno, que se da más en mujeres en edades que oscilan entre 30 y 45 años.
Héctor Montes, especialista en cabeza y cuello y docente de la UNCuyo, explicó que son cada vez más frecuentes los pacientes que llegan a la consulta con disfonías de origen psicógenas, es decir por problemas nerviosos o de estrés.
Los cuadros alérgicos e infecciosos también son causantes de alteraciones de la voz.“Cuando se presentan estos cuadros se inflama la mucosa laríngea, produciéndose una laringitis que provoca alteraciones en la voz”, indicó Montes.
Las disfonías pueden ser severas, moderadas o leves y orgánicas o funcionales.
“Las funcionales son las típicas que padecen los maestros debido al mal uso de la voz. Lo ideal es adquirir una buena técnica que permita manejar los tiempos respiratorios junto con la fonación”, aclara Andrea Fernández, fonoaudióloga y coordinadora en Mendoza de la Sociedad Argentina de la Voz.
También la ronquera es un tipo de disfonía que se caracteriza por un tono grave de la voz y que se da en fumadores o en pacientes con cáncer de laringe.
“El humo, los químicos que contiene el cigarrillo producen un proceso inflamatorio crónico no sólo en la mucosa de la laringe sino en la cavidad oral. Por eso el fumador tiene esa voz ronca”, precisa Montes.
 
Otros factores
Algunos medicamentos, como los antihistamínicos que se administran para combatir resfríos o alergias, producen deshidratación de las cuerdas vocales y reducen la producción de moco y saliva. Por lo tanto, “secan” los tejidos del tracto vocal y respiratorio y producen trastornos en la voz.
La cafeína y el alcohol provocan deshidratación de las cuerdas vocales. Los especialistas aconsejan beber mucha agua para combatir este efecto.
El mal uso de la fonación puede producir pólipos o nódulos en el borde de la cuerda vocal o sobre ella.
Es difícil de diferenciar uno del otro y sólo se pueden ver macroscopicamente.
Para Héctor Montes, “son muy comunes y muchas veces no se sabe si estos nódulos son causa o consecuencia del mal uso de la voz. También hay quienes tienen una irritación crónica, como los fumadores, que favorecen la aparición de estas lesiones”.
Cuando las disfonías son reiterativas y no ceden con el tratamiento se debe realizar una consulta con el especialista.
“Los profesionales que tienen como herramienta su voz deben hacerse al menos dos controles al año. No hay que olvidar que un solo grito puede dejarnos afónicos. Por eso es importante obtener una adecuada técnica respiratoria que evite diversos trastornos”, aconseja Andrea Fernández.