PARIS– Más de medio millón de personas tomaron ayer las calles de Francia en protesta contra el contrato juvenil impuesto por el primer ministro, Dominique de Villepin, que ve cómo crece la oposición al proyecto con el que pensaba impulsar el empleo entre los jóvenes.
 
Pese a las tradicionales diferencias entre los datos ofrecidos por las autoridades (503.600 manifestantes) y los sindicatos (1,5millones), las cifras de ambos muestran que crece la oposición al Contrato de Primer Empleo (CPE), previsto para los menores de 26 años y que permite su despido sin justificación durante los 24 primeros meses.
 
Particularmente numerosas fueron las movilizaciones de París –entre 80.000 y 350.000–, Nantes (noroeste), Toulouse (sur) y Burdeos (suroeste) –entre 21.000 y 45.000, Rennes (noroeste) –de15.000 a 35.000– Lyon (este) y Lille (norte) entre 10.000 y 25.000.
 
El pasado 7, entre 400.000 y un millón de personas pidieron la retirada del CPE en la segunda jornada nacional de protesta y un mes antes habían sido entre 218.000 y 400.000.
 
El lema de las marchas de ayer exigía la retirada de un contrato percibido por sindicalistas y jóvenes como una precarización del trabajo.
 
Seguirán las protestas
 
Animados por el “éxito” de la convocatoria, los líderes sindicales y estudiantiles se mostraron determinados a proseguir con sus protestas hasta que Villepin retire el CPE.
 
En los próximos días podrían anunciarse nuevas jornadas de movilización y los sindicatos no descartan convocar una huelga general.
 
Las organizaciones estudiantiles, por su parte, parecen dispuestas a mantener el bloqueo de las universidades –más de la mitad llevan una semana paralizadas– y podrían llamar a nuevas jornadas de protesta como la del pasado jueves.
 
Lo que parece descartado es que acudan a la invitación del gobierno y del presidente, Jacques Chirac, para negociar reformas en el CPE.
 
“Primero que retiren el CPE y después abrimos las negociaciones del conjunto de la situación problemática del empleo de los jóvenes”, que afecta al 22 por ciento de ellos, aseguró el secretario general del sindicato CFDT, Francois Chéréque, dolido porque el gobierno no les consultó durante la elaboración del proyecto.