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Uno-Domingo 19: Mercado en alza: hay un enólogo

Existen 361 enólogos con título universitario y no menos de 800 establecimientos vitivinícolas. Las empresas de la provincia requieren cada vez más el servicio de esos profesionales

20 de febrero de 2006, 13:09.

En Mendoza existen 361 licenciados en Enología y alrededor de 800 bodegas. En proporción, un profesional del vino cada 2,2 establecimientos vitivinícolas. Eso, indudablemente, marca una atractiva posibilidad laboral para quienes tienen la licenciatura.
 
Claro que a ese sector hay que sumarle una gran cantidad de enólogos que obtuvieron su habilitación en colegios secundarios. También los técnicos que actualmente egresan de las carreras que ofrecen la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) filial Mendoza y la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) (ver infograma).
 
Sin embargo la búsqueda actual de los empresarios bodegueros apunta a quienes tienen la licenciatura para hacerlos responsables de su empresa. Los técnicos también están solicitados, pero para otras funciones dentro del proceso y, por su abundancia, no poseen el mismo panorama laboral.
 
“La mayoría de las bodegas de Mendoza tienen licenciados a la cabeza”, explica Alejandra Lozano, presidenta del Centro de Licenciados en Enología de Mendoza. Así es que algunos profesionales están firmando para dos o tres empresas. O bien, se encargan de asesorarlas, aunque en la dirección técnica figure a cargo de otra persona.
 
Especialización y visión amplia
 
En base a los requerimientos profesionales, los enólogos están cambiando su perfil. Surgen especialistas, pero con una visión de conjunto.
 
“La tendencia mundial es llegar a la especialización”, dice Aurelio Sesto, decano de la Facultad de Enología y Agroindustria de la Universidad Juan Agustín Maza. “Con esta filosofía creamos la licenciatura, con un perfil sumamente enológico”, agrega luego.
 
“Nuestros egresados conocen sobre los diferentes procesos de control de calidad, de insumos, productos en transformación y terminados”, comenta Gladys Ranzuglia, decana de la Facultad de Enología e Industria Frutihortícola Don Bosco, la cual lleva 40 años formando licenciados en la materia (ver aparte).
 
Don Bosco también busca que sus estudiantes tengan una sólida base científica que les permita realizar proyectos de investigación y acceder al manejo de tecnología, ya que existe un gran avance en ese aspecto.
 
No obstante los planes de estudio proyectan un profesional que, además de informática, también tenga injerencia en otras áreas como gestión de empresas, marketing y comercio exterior, para lo cual es fundamental el manejo de inglés y francés.
 
El enólogo de hoy debe estar preparado para armar (y ser parte de) equipos de trabajo con una visión más amplia. “Si es el gerente de una bodega tiene que elaborar un vino pensando en venderlo, de nada le sirve obtener un producto excelente si después no tiene dónde comercializarlo”, opina Ranzuglia.
 
Sesto comparte la idea: “Entonces hay que tener en cuenta el mercado internacional, por eso durante el cursado tratamos de traer figuras mundiales de la vitivinicultura para que brinden conferencias. Además concretamos convenios con empresas y universidades de otros países para que los estudiantes amplíen su contexto. Esa oferta la extendemos a todos los técnicos, no sólo a los alumnos de nuestra casa”.
 
Más allá de la percepción global que Ranzuglia considera positiva para la licenciatura, la decana piensa que hay que evitar la superposición de competencias profesionales. “Es una utopía creer que un licenciado en Enología sabrá tanto de vitivinicultura como un ingeniero agrónomo o de comercialización como un licenciado en comercialización o en marketing”, dice.
 
El emblemático Don Bosco
 
En 1898, la señora Lucila Barrionuevo de Bombal, vecina de Rodeo del Medio, dona a los padres salesianos un terreno para levantar una capilla y una escuela de vitivinicultura.
 
El 22 de noviembre de 1899, monseñor Juan Carlos Cagliero bendice la piedra fundamental de la escuela y la capilla. A principios de marzo de 1901 se inician las actividades.
 
El 17 de marzo de 1905 el padre Aquiles Pedrolini se hace cargo del incipiente proyecto. El colegio funciona con tres grados y 48 alumnos en total.
 
En 1920 los alumnos son 271 y en 1922 se incorpora a los planes oficiales de la provincia con 330 estudiantes en total. En 1933 se conforma el ciclo completo: a los seis grados existentes se le agrega un ciclo de tres años con especialización en agricultura y enología.
 
El 16 de agosto de 1965 se suscribe el primer convenio con la Universidad Juan Agustín Maza y se crea la Facultad Tecnológica de Enología e Industria Frutihortícola Don Bosco. Al acto asisten el presidente de la Nación Arturo Illia.
 
La facultad inicia sus actividades con 89 alumnos inscriptos. Actualmente Don Bosco depende de la Universidad Católica de Cuyo.

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