Desde el año que viene, los alumnos que estudien carreras terciarias en institutos del Estado deberán firmar un convenio con el Gobierno provincial comprometiéndose a cumplir ad honórem diversos trabajos comunitarios una vez recibidos, de manera de devolverle a la sociedad la posibilidad que tuvieron de estudiar gratis. La decisión forma parte del cambio cultural que el gobernador Julio Cobos se comprometió a imprimir en la sociedad durante su mandato, y aunque la iniciativa no ha sido del todo pulida, es una decisión que ya está tomada por las autoridades de la Dirección General de Escuelas. La idea consiste en añadirles a los tradicionales planes de estudio de formación técnica o docente un período de aproximadamente seis meses para cumplir una contraprestación a través de distintos servicios públicos, que beneficien sobre todo a poblaciones en riesgo. Ejemplos sobran. Si alguien se recibe de profesor, tendrá que darles clases de apoyo a chicos que presenten dificultades en el área de su competencia. Si consiguió un título de técnico electricista, será convocado para reparar las instalaciones en escuelas o centros de salud que lo requieran. Y si los recién recibidos son expertos en determinados oficios, dictarán talleres a jefes y jefas de hogar desocupados, que de esta manera adquirirán herramientas para subsistir. “El objetivo de este proyecto es que aquellas personas que reciben una educación gratuita les digan gracias al Estado y a la sociedad y les devuelvan algo de lo que ellas les brindaron”, explicó en diálogo con UNO la directora de Educación Superior, Rosa Maitenez de Meli. Radiografía En Mendoza funcionan 19 institutos públicos de nivel terciario no universitario y 52 privados, que brindan una amplia oferta educativa. En el primer sistema estudian 13.032 alumnos y en el segundo, unos siete mil. Para el 2005 se prevé un incremento del 15% en la matrícula. La residencia resultará obligatoria para aquellos que reciban instrucción estatal, pero también se invitará a los privados a que adopten medidas similares. “No estamos inventando nada. El sistema se aplica con muchísimo éxito en otros países del mundo. Es una forma de tomar conciencia respecto de la gran ventaja que significa poder estudiar”, agregó Maitenez de Meli. Las ventajas de aplicar este esquema de pasantías van en dos sentidos. Por un lado, el Estado tendrá a gran cantidad de profesionales trabajando para él en forma gratuita. Por otro lado, los chicos comenzarán su inserción en el mundo laboral en forma temprana, afianzando su sentido de la responsabilidad y valoración de lo público. También mientras se cursa No sólo al término de la carrera los chicos serán sometidos a este servicio social. Durante el cursado también se implementarán espacios específicos que conlleven tareas para ayudar a diferentes comunidades. En realidad esto se viene cumpliendo, pero desde el año que viene quedará formalizado y se le imprimirá el carácter de obligatorio. Esta semana, la jefa del gobierno escolar presentó el plan 2005-2007 para ampliar la oferta no universitaria, con el anhelo de que los miles de jóvenes que hoy no trabajan ni estudian tengan oportunidades de capacitarse rápido y cerca de sus lugares de origen. La estrategia política para el período consiste en una reorganización y reconversión del sistema. Por eso se abrirán 12 tecnicaturas nuevas, con sedes en Las Heras, Luján, Maipú, Godoy Cruz, Junín, General Alvear y San Rafael. Estas carreras descentralizadas se sumarán a cuatro sedes que ya funcionan en los distintos departamentos y donde se enseña informática, educación física y turismo. En general, la oferta responde a las líneas de evolución económica de las regiones, de manera que luego los chicos puedan quedarse a trabajar en sus departamentos de origen. Con este tipo de ideas, las autoridades pretenden derribar el mito de que mientras la escuela va por un lado la demanda laboral va por otro.
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