Buscó la opinión de los principales referentes de la política, las universidades, la cultura, la economía, la labor profesional, la salud y las instituciones sociales de Mendoza. También salió a la calle a conocer la opinión de la gente sobre qué se debería hacer con este dinero, por medio de una encuesta realizada en el Gran Mendoza por la Dirección de Investigaciones, Mediciones y Encuestas de la Universidad de Congreso. Para la gente, la prioridad es la educación. Los dirigentes, en cambio, se dividen entre pagar la deuda, bajar impuestos, apoyar la obra pública y educación. Aquí, las opiniones. Producción: G. Valdes, N. Sosa Abagianos, V. Caselles, C. Vargas, S. González, A. Giunta y A. Cárdenas
Para la gente, la prioridad debe ser la educación
El primer dato revelador de la encuesta realizada por la Universidad de Congreso fue que el 60% de la gente consultada admitió saber que hay superávit en las cuentas públicas. Al ser consultados sobre qué debería hacerse con este dinero, la respuesta fue categórica: el 39,4% señaló la educación como la prioridad a la hora de invertir el excedente, detrás quedaron el trabajo (20,8%), la salud (19,4%) y la seguridad (12,9%). Dentro de la educación, la gente opinó que debería invertirse en más y mejores escuelas (22,7%), capacitación docente (21,8%) y en mejores salarios para los maestros (16,4%).
En el área de trabajo, el 31% reclamó la creación de más empleo y en segundo lugar pidió incentivos para las pymes.
En la salud, la prioridad es refaccionar y ampliar la infraestructura hospitalaria, mientras que, en la seguridad, el 50% de los encuestados reclamó mayor presencia policial en las calles.
En la discriminación por sexo, tanto hombres como mujeres coinciden en que lo más importante debe ser la educación. Aunque difieren en que para ellos en un segundo lugar está la salud mientras que ellas reclaman trabajo.
Entre los distintos niveles socioeconómicos ocurre algo similar. Todos coinciden en que la educación debe ser la prioridad. Pero para los de altos ingresos en el segundo escalón está la seguridad, mientras que para los sectores medios está el trabajo y para los de bajos recursos, la salud.
La diferencia de opiniones se da enlas distintas edades. Mientras que para los que tienen entre 17 y 44 años y los de más de 65 lo más importante debe ser la educación, para los de entre 45 y 64 años antes está el trabajo.
Convergencia en los reclamos
El superávit del presupuesto nacional este año llegará a un récord, superando el 5% del PBI, cuando el compromiso oficial era de 2,4%. Este enorme excedente es hoy motivo de discusión y hay varias aristas para considerar. En principio, el superávit sólo se justificaría cuando hay que pagar deudas –es el caso argentino–, pero cuando el superávit excede tanto lo previsto mientras también aumentó el gasto, está indicando que la presión impositiva sobre la sociedad es excesiva. Algo de esto quiso decir un informe económico que el Banco Central publicó hace más de un mes, donde alertaba acerca de que un exceso de superávit podía frenar la expansión de la economía. Ese exceso de ingresos sale de la sociedad por pago de impuestos, la cual se quedó con menos disponibilidades para comprar, vender, invertir o ahorrar. La duda planteada es válida porque este superávit récord aparece en medio de una profunda crisis social y económica, un alto desempleo y una deuda impaga que tiene frenado la país. Lo difícil es establecer las mejores alternativas y el más adecuado orden de prioridades. Para disponer del superávit récord existen dos caminos posibles: aumentar el gasto –según el orden de prioridades que se establezca– o rebajando impuestos. Hasta ahora siempre recurrió a aumentar el gasto, porque es la manera en que los políticos pueden dirigir los recursos y, de paso, hacer política.
Corto y largo plazo
En la comparación entre la encuesta realizada por la Universidad de Congreso y las opiniones de destacados dirigentes sociales surge una clara diferencia. Los ciudadanos piden un destino en función de las carencias más notorias. Educación, trabajo, salud, seguridad... Entre los dirigentes, si bien la educación está junto a algunas acciones sociales, aparece otra racionalidad: fondo anticíclico, inversiones reproductivas generadoras de trabajo, inversión en ciencia y tecnología... La diferencia es razonable, y es bueno comprobar que existe. Mientras los ciudadanos miran el corto plazo, la dirigencia está buscando efectos de corto plazo con inversiones de largo plazo. Aunque se pueda tener una opinión distinta, se aprecia en las respuestas de los dirigentes una saludable visión de largo plazo. De todos modos, las respuestas de los ciudadanos también resultan maduras. La educación es claramente una actividad que rinde frutos a largo plazo, y que la ciudadanía tenga este esquema de prioridades también es saludable. Indudablemente, los resultados arrojados por la encuesta deberán ser tenidos en cuenta por la dirigencia política provincial, ya que son ellos los que deben dar respuesta a las prioridades fijadas por los ciudadanos. Pero también habrá que atender a las recomendaciones de largo plazo de los dirigentes sociales. Todos reclaman más eficiencia en la aplicación de los recursos públicos, y ésta es una coincidencia que no debe ser dejada de lado.
“Hay que invertir en innovación que permita generar mística y fuerza en la población. Es necesario capacitar la mano de obra de las empresas y formar nuevo personal, porque hay escasez de profesionales en áreas de la ingeniería como transporte, logística y aeronáutica. También hay déficit de empresas tecnológicas. Es necesario impulsar actividades como la forestación. Se necesita un programa de inversiones, no sólo aumento de partidas”. Arturo Somoza, UNCuyo (...)