La cantidad de alumnos que van a colegios privados en la provincia aumenta en forma sostenida desde hace por lo menos 14 años.
 
En cinco años, entre el 2000 y el 2004, la matrícula de los privados creció 18,2% mientras que la afluencia de alumnos a las escuelas estatales sólo aumentó 1,6%.
 
Esta tendencia no decayó ni siquiera en los años de la crisis y la devaluación. Durante el 2001 y el 2002, no sólo siguió aumentando el número de alumnos sino también el de establecimientos nuevos, y lógicamente los docentes.
 
Las razones por las cuales los padres prefieren pagar un colegio privado en lugar de enviar a sus hijos a escuelas públicas son variadas.
 
En términos generales la educación privada es considerada mejor que la estatal porque ofrece más garantías de calidad.
 
Atención más personalizada, actividades extras, como deportes o idiomas por ejemplo; mejor infraestructura edilicia y más días efectivos de clase porque no hay posibilidad de sufrir paros.
 
También se deposita en las instituciones privadas la confianza en la transmisión de valores o determinadas confesiones religiosas, por eso las familias optan en muchos casos por los colegios que incluyen formación religiosa dentro de su plan de estudio.
 
Las exigencias de la vida laboral y familiar también son factores que pesan en el momento de elegir una institución de jornada completa a fin de unificar en un solo lugar toda la formación y el cuidado de los hijos mientras los padres desarrollan sus actividades.
 
Pero más allá de las opiniones de cada sector, todos coinciden en que cada vez hay más conciencia para considerar la educación como una inversión, por eso las familias hacen el esfuerzo para darle la mejor formación posible a sus hijos y ese concepto está contenido en el colegio privado.
 
Cuotas
 
Ya no es necesariamente un símbolo de elite la escuela privada. Hay cuotas para todos los bolsillos. Este es uno de los motivos por los cuales se ha extendido la educación privada.
 
El monto de la cuota depende de si el colegio recibe o no aportes del Estado, según explicó la directora de Educación Privada, Lidia Fortín de Iñónez.
 
De los 220 colegios de primaria y secundaria privados que hay en la provincia, el 65% recibe subsidio del Estado para pagar los sueldos de los docentes, éste es de entre el 30% al 100% del total de los sueldos. El resto de los aportes necesarios para el sostenimiento de la institución es proporcionada por los alumnos, pero el monto de esas cuotas está regulado por el Estado.
 
La DGE es la autoridad que establece el monto de las cuotas y el techo máximo que pueden alcanzar dependiendo de lo que reciba del Estado. Es decir, el monto de la cuota es inversamente proporcional a la ayuda del Estado. A mayor aporte, menor es la cuota.
 
De este grupo hay 10% de colegios (20 instituciones) que son de cuota cero, es decir que son gratuitos a pesar de ser privados. En general son parte de obras benéficas de algunas de las congregaciones religiosas.
 
El 35% son colegios netamente privados cuyas cuotas oscilan entre $100 a $300, aunque se pueden encontrar algunos de cuotas menores y otros de cuotas superiores.
 
Sobre estos colegios el control del Estado se limita a lo pedagógico, porque más allá de todos los servicios adicionales o extras que ofrezcan, las currículas por las que se rigen son las mismas que en las escuelas públicas.
Sara González sgonzalez@diariouno.net.ar  
  
La situación laboral es el lado flaco del sistema
 
El secretario general del gremio que agrupa a los docentes privados, David Salinas, denunció salarios más bajos y precariedad laboral.
 
“El 40 % de los aproximadamente 7.800 docentes que trabajen en el sector de la educación privada no cobra ni siquiera el sueldo mínimo que reciben sus pares en la educación pública, de $850. El 60 % restante cobra por lo menos en mínimo”. Así lo aseguro el secretario geenral del gremio de los docentes privados (SADOP), David Salinas (...)