La Universidad Nacional de Cuyo es el mayor centro de educación superior de Mendoza. Se creó en 1939 y en la actualidad una persona puede recibir ahí su formación intelectual desde el jardín de infantes hasta el final de su carrera universitaria, incluso actualizarse y especializarse. Eso explica que tras la crisis de 2001 haya crecido su presupuesto porque los gobiernos nacionales comenzaron a enviarle dinero en proporción al servicio que le presta a los alumnos y no a su número, como se hizo antes.

Aunque la competencia por el financiamiento público fue contra grandes necesidades del país, la UNCuyo logró obtener más recursos que la media universitaria nacional, pasando de $78 millones en el 2003, a $83 millones al año siguiente y $97 millones en el 2005.

El incremento presupuestario de $19 millones en valores nominales en dos años, sin embargo, no ha tenido correlato en valores relativos, “porque ese incremento sólo sirve para pagarle a la gente que tenemos desde el 2002. Hay una modificación de la variable precio que hace que cada universidad tenga que gastar más para hacer lo mismo”, sostuvo Miguel González Gaviola, secretario Económico Financiero de la UNCuyo.

La institución ocupa el 7º lugar entre las 38 universidades nacionales argentinas en términos de presupuesto. Las más grandes –siempre desde ese punto de vista– son Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Tucumán, Rosario y la Tecnológica. Inmediatamente después de la UN Cuyo está la de San Juan.

A las partidas que se reciben desde la Nación se suman los recursos propios que la casa de estudios genera por actividades que presta al medio (como las consultorías) además de lo que recibe por aranceles, por ejemplo, por la emisión de títulos o certificados. El promedio recaudado es de $2,5 millones anuales.

El 85% del total presupuestario se gasta en sueldos y el resto en gastos corrientes, por los menos $5 millones en mantenimiento y $7 millones en el financiamiento de actividades, aunque es muy difícil determinar un promedio en los sueldos por la amplia variación que implican aspectos como la antigüedad o la dedicación horaria, según González Gaviola.

Si bien no aparecen como recursos propios de la universidad, también hay dinero que llega indirectamente y surge del apoyo financiero a las distintas facultades que realizan las asociaciones cooperadoras.

Este último dato tiene que ver más con el funcionamiento presupuestario interno y al profundizar el análisis se desemboca en una vieja iniquidad entre las once facultades.

“Hay asignaciones que son históricas y existe una tradición de mantener los pisos presupuestarios. Por esto, y como el presupuesto tiene bastante rigidez porque el 85% es para pagar planta de personal, las reasignaciones se hacen por medio de la distribución de los refuerzos. ¿Con qué criterio? Orientándose a la consecución de objetivos, considerando variables como cantidad de alumnos y complejidad de las asignaturas que se dictan”, explicó González Gaviola.

Esto representa un paso adelante en contra de las diferencias que existen entre una facultad y otra. Sin embargo, las más antiguas siguen teniendo un presupuesto que no siempre se justifica y las más nuevas uno más bajo del que necesitan para cumplir con su misión.

Delia Segura / dsegura@diariouno.net.ar 

Un completo sistema de becas para estudiantes

Este año la Universidad Nacional de Cuyo invertirá $2.400.000 en becas, un aspecto que tiene muy en cuenta buena parte de los ingresantes y alumnos matriculados en la casa de estudios de bajos recursos.

En total son 1.802 becas, de las cuales 915 son de ayuda económica, 220 de comedor, 35 de alojamiento en las residencias universitarias, 20 de jardines maternales (para estudiantes con hijos que no pueden abonar la cuota), 50 de ayuda económica con prestación de servicios, 150 Becas de Ingreso y Permanencia Universitaria (BIPU) nuevas y 412 de programas anteriores.

Este último tipo de beca está destinada exclusivamente a ingresantes a la UNCuyo, mientras el resto de las becas son también para alumnos. Las BIPU son las más integrales e incluyen alojamiento, comedor, fotocopias y ayuda económica, por un total de $300 promedio por alumno. Se mantienen durante toda la carrera, desde el ingreso hasta el egreso, siempre y cuando el beneficiario cumpla con el rendimiento académico exigido por la casa de estudios. Para otorgarla se tiene en cuenta el promedio en el nivel medio o Polimodal, el lugar de residencia y la necesidad económica que justifique la beca.

Además existen programas especiales: para alumnos con alguna discapacidad, para alumnos de la comunidad huarpe, de contención socio-afectiva y de pasantías educativas.

En el segundo caso los estudiantes huarpes reciben alojamiento desde el ingreso de la carrera, y tienen beneficios de ayuda económica y comedor. Además durante todo el año tienen cursos de nivelación ya que su nivel secundario (semipresencial de 3 años) es muy deficiente y necesitan este apoyo.

En el tercer caso intervienen profesionales que ayudan al alumno para que salte los obstáculos afectivos, personales, sociales e institucionales que inciden negativamente en su rendimiento académico, y que en el peor de los casos los lleva a dejar la institución.

Por otro lado, se financian 100 pasantías educativas para alumnos de los años avanzados con el objetivo de brindar experiencia práctica complementaria, enriquecer el trabajo profesional mediante su capacitación metodológica y técnica, formar al estudiante en aspectos que le serán de utilidad en su posterior búsqueda laboral y ofrecer la posibilidad de una indispensable actualización tecnológica.

Otro aspecto importante para los alumnos regulares es que cuentan con un servicio médico-asistencial de atención primaria.

Con salida laboral

Aunque el desempleo en Mendoza disminuyó de 16,9% a 7,2% esta cifra hace aún más importante la salida laboral de las carreras universitarias. Las más pedidas son las tradicionales como Medicina, Derecho y Ciencias Económicas y el número de alumnos que tienen en la UNCuyo así lo demuestran.

Según los últimos estudios realizados en el país respecto de este tema, Ingeniería también integra la nómina de las más requeridas, pero eso no se percibe en la UNCuyo, donde las variaciones de matriculados entre un año y otro son mínimas.

Ahora bien, más allá de las carreras que el mercado laboral solicita, hay otras que se ponen de moda. Esto ocurre desde inicios de los ’90 con Comunicación Social, cuyo número de alumnos está muy por encima de otras carreras que también se cursan en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales como Trabajo Social y Sociología. El mismo fenómeno alcanza a Diseño, que se dicta en la Facultad de Artes.

Estos procesos de “popularidad” de las carreras determinan directamente la cantidad de alumnos que las optan.