Las orquestas de música clásica en Mendoza no están pasando por su mejor momento. La Orquesta Filarmónica de la provincia (OFM) está paralizada porque los músicos reclaman el nombramiento de más cargos y un presupuesto anual fijado con anticipación. La situación en la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo (OSUNCuyo) es diferente, aunque tampoco está funcionando en condiciones óptimas: su staff artístico es mínimo y la sala donde ensayan no es la adecuada.
Esto se desprende de un relevamiento que hizo Escenario en las dos orquestas que funcionan en esta provincia, que casualmente este año estrenan nuevos directores: el maestro estadounidense David Händel está al mando de la Sinfónica, y el director búlgaro Alexei Izmirliev, a cargo de la Filarmónica.
El martes y el viernes pasado, los integrantes de la OFM protestaron en Casa de Gobierno para que se cumpla con la Ley Nº 5.885 –que desde 1993 está sin reglamentar– que, entre otras cosas, establece un plantel de 110 músicos para la orquesta que hoy cuenta con 48.
Mientras, en la OSUNCuyo los 68 cargos orquestales tampoco alcanzan para incorporar nuevo repertorio (óperas o conciertos de grandes sinfonías)y si se renueva, es gracias al esfuerzo de sus músicos.
Así lo confirmó José Loyero, coordinador de esta orquesta universitaria: “Funcionar funciona, y muy bien, pero con demasiado esfuerzo individual. Hay obras que no se pueden hacer por la falta de músicos y otras que se hacen y no deberían hacerse”, aseguró y ejemplificó: “Las sinfonías de Chaikowsky las tocamos repetidas veces pero esas obras fueron concebidas para tener 14 violines primeros, 14 violines segundos, 10 violoncelos… mucho más de lo que tenemos. Se hace igual, cada persona toca por dos, pero esto genera una contractura adicional en el músico, un sobreesfuerzo que no es lo óptimo. Tampoco es óptimo el resultado acústico. Es como si un equipo de fútbol tiene que jugar con 9 jugadores y no con 11”, comparó Loyero.
Además, esta agrupación sinfónica no cuenta con un espacio propio para ensayar en las condiciones que una orquesta requiere, ya que practica y da sus conciertos en la sala Universidad: un cine reciclado que se utiliza para la proyección de películas en un sector y para las funciones y ensayos en otro, sin la acústica necesaria.
“En la Sinfónica de la Universidad no tenemos un lugar propio de trabajo, donde podamos estudiar; nos tenemos que ir a nuestras casas y eso es hasta riesgoso para nuestros instrumentos ya que los pueden robar en el micro. Además se pierde tiempo yendo de un lado para otro”, expresó el clarinetista Gustavo Longo, integrante de las dos orquestas.
Por su parte, los integrantes de la Filarmónica de Mendoza ensayan por las mañanas en el escenario principal del teatro Independencia y esto genera roces con otras áreas artísticas que quieren utilizar ese espacio.
Al respecto, Mariana Juri, ministra de Turismo y Cultura de Mendoza, adelantó sin muchas precisiones que “estamos pensando en refaccionar otra sala para que puedan tener su propio lugar, porque no deberían ensayar en el escenario principal del teatro”.
Respuesta oficial a la Filarmónica
Después del insólito reclamo que hicieron los integrantes de la Filarmónica en el cuarto piso de Casa de Gobierno –que se desató porque el director Izmirliev lleva tres meses sin su nombramiento y por ende sin cobrar–, y antes de reunirse con la directora del teatro Independencia, Marcela Montero, Mariana Juri anunció que está trabajando para que se reglamente la Ley Nº 5.885 pero que es una utopía cumplir con un plantel estable de 110 músicos.
“Eso nunca se cumplió y no se va a cumplir. Imaginate que 110 músicos no tendrían ni dónde ensayar. No es que estemos incumpliendo con la ley, todas las leyes están sujetas a la Ley de Leyes (el Presupuesto)”, se atajó la ministra. Y acotó que “no quiero que pase este semestre sin que se reglamente la ley, aunque tiene muchos aspectos por rever”.
Del otro lado, los integrantes y voceros de la OFM, Julio Lonigro y Omar Arancibia, aclararon que “no estamos en una lucha salarial, ni estamos queriendo que se nos indexe nada”. Y explicaron: “El reclamo es que se renueve la decisión política para poder trabajar en las mejores condiciones posibles y que la orquesta no sufra más bajas”. Esto, porque aseguran que cuando la ley se votó por unanimidad (a finales de 1992) eran 60 integrantes y hoy quedaron reducidos a 48. En este sentido, dijeron sentirse como “una especie en vías de extinción, y la Filarmónica es una parte fundamental de la identidad cultural mendocina”.
En concreto, Lonigro y Arancibia quieren para su orquesta que “se tomen los ocho cargos necesarios para funcionar, y ver cuál es la pauta para el año que viene; ir lento pero no retroceder como lo venimos haciendo”, proclamaron.
Para calmar los ánimos, Juri informó que en estos días se nombrará al trompetista para que se pueda realizar el concierto del viernes 13 –que tiene previsto la Filarmónica y que aún no ensaya–. Lo curioso es que el concurso para este puesto se realizó a fines del año pasado y todavía no se anuncia a su ganador.
Antes de marcar esta incorporación como un logro, Juri sostuvo que cada músico en la orquesta le cuesta por año a la Provincia “cerca de $48.000”. Luego apuntó: “Estamos ahorrando de todos lados para poder nombrar a este trompetista, y queremos nombrar a un músico más durante este año. Si lo conseguimos, serían dos los cargos nombrados y eso es histórico”.
La gota que colmó el vaso
Los músicos de la Filarmónica de Mendoza contaron que el inédito reclamo y la paralización de sus actividades se desató por que el flamante director Izmirliev lleva tres meses sin ser nombrado en su cargo.
“Lo que nos impulsó a salir a llamar la atención fue cuando a fines del año pasado se elige al director, empezamos a trabajar en febrero y todavía no lo nombran, no le pagan. Antes, estuvimos a punto de suspender conciertos porque no están los músicos para hacerlos. El Gobierno trata de arreglarlo con contratos”, contaron.
El problema en el nombramiento del nuevo director de la Filarmónica de Mendoza fue su documentación. “Se demoró por la actualización de su pasaporte. Razones burocráticas, como dicen ellos. En una semana se va a efectivizar. Nosotros aceleramos el trámite en Migraciones. Estamos muy contentos con el director, lo vemos muy comprometido con la orquesta”, aseveró Juri.
En tanto, el propio Izmirliev opinó que estuvo cuatro años bajo la batuta de la Orquesta Sinfónica de San Juan y no tuvo este problema en su nombramiento. “Acá entré en un círculo diabólico; hay una ley que dice que sin documento argentino no podés tener cargos públicos. Yo tenía una visa y no me daban documento argentino hasta que no presentara un contrato laboral. Pero acá, el Gobierno no me daba contrato de trabajo hasta que no muestre el documento”, contó sorprendido.
Diferencias entre las dos orquestas
A pesar de su conocimiento previo acerca de la tardanza en el nombramiento del director y de los reclamos reiterados que inició la Filarmónica desde principios de años, la ministra de Turismo y Cultura, Mariana Juri, se quejó por la demora en la entrega de la programación anual de la orquesta, que justamente la realiza el director a cargo.
“De acuerdo a la programación que nos presentan, nosotros vamos contratando a los músicos que faltan. Sé que no es la situación ideal. Pero desde agosto que la directora del teatro (Marcela Montero) se las está pidiendo”, protestó Juri.
Y admitió: “Tenían que esperar a nombrar al director para que asuma y confeccione la programación, después no sé qué pasó. La cuestión es que recién el lunes pasado nos dieron la programación, que para nosotros es muy tarde”.
De todos modos, dijo que “estamos tratando de solventar lo necesario para que esa programación se cumpla; la semana que viene (por ésta) vamos a contestarle lo que podemos cumplir”.
Al respecto, la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo aventaja a la Filarmónica, según la magister de la Sinfónica de la Universidad Nacional de Cuyo, María Rosa Fader de Guiñazú, que dejó en claro que en esa orquesta el panorama diferente.
“La orquesta tiene una autogestión muy fuerte, tiene patrocinantes de toda la vida, y para eso se trabaja en equipo, con una programación anticipada”, remató.
Según Juri, la Filarmónica no tiene una autogestión intensa como la Sinfónica de la Universidad porque “para buscar sponsors, para pedir ayuda a los municipios o a la Nación, necesitás tener una programación con anterioridad. Esto te permite organizar a largo plazo”.
Cualquier orquesta del mundo trabaja con una programación confeccionada por lo menos antes de que empiece cada año.
Esto porque deben contratar solistas y directores invitados (que ya tienen su cronograma de trabajo establecido).
Además se deben alquilar partituras y contratar instrumentistas, entre otros cuestiones que deben evaluarse para determinar el presupuesto.
“No nos dan ni el esmoquin”
La magister de la Sinfónica, Rosa María Fader, no eludió otros problemas que padece su orquesta: la falta de mantenimiento y amortización de los instrumentos. Tema que también preocupa a los músicos de la Filarmónica, aunque en sus sueldos incluyan un ítem para ello.
Es que los instrumentos con los que trabajan los integrantes de las orquestas son propios y cuestan miles de dólares. Dato que no es menor tratándose de valores dolarizados que sobrepasan los 600 pesos para un mínimo mantenimiento anual.
“Pero estamos priorizando otro tema: la recomposición de cargos en los organismos artísticos que dependen de la UNCuyo”, explicó Fader.
Por su parte, Mariana Juri confirmó que “nuestra orquesta ya tiene un ítem por amortización de los instrumentos, y a veces, cuando se rompen nos hacemos cargos”
Los músicos no opinan lo mismo. Coinciden en que ese ítem no cubre la amortización, prefieren hacer conciertos didácticos en el teatro y no en las escuelas porque se dañan los instrumentos y apuntaron: “No nos proveen el uniforme. Hasta el esmoquin lo ponemos nosotros”.