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Uno: El diseñador que sólo usa material reciclado

Ariel Felipe Robledo, acostumbrado a llamar la atención, fue uno de los jóvenes mendocinos premiados por el CEM

09 de mayo de 2006, 13:48.

Apenas subió al escenario para recibir la estatuilla del Consejo Empresario Mendocino (CEM) por destacarse en la categoría Logros Ambientales, Ariel Felipe Robledo emuló cinco veces el ronroneo de un gato. Al terminar su discurso expresó: “Lo que hice fue planeado por amor”.
 
Acostumbrado a llamar la atención por salirse de lo “socialmente aceptado”, este diseñador industrial de 34 años se define como “posmoderno, romántico y ecléctico” para sintetizar el singular trabajo que realiza desde hace 15 años y que consiste en construir mobiliarios con material reciclado.
 
Felipe comenzó su carrera de Diseño Industrial en la Facultad de Arte y Diseño de la UNCuyo a los 25 años. Pero su labor –bautizada como Ecodiseño– empezó varios años antes de ingresar al mundo académico. “He trabajado más de lo que estudiado, por suerte”, resume él.
 
La primera etapa de Felipe conjugó un producto artesanal –influenciado por el movimiento dadaísta– de materiales recuperados denominado Ready Made (hecho ahora).
 
En los primeros años de facultad comenzó a buscar un proceso más industrial en su trabajo, pero esta vez manipulando la rudeza de la piedra.
 
Ya en el tercer año de su carrera Felipe había realizado dos exposiciones utilizando una metodología a favor del medio ambiente, ya que siempre se basó en desechos industriales para crear nuevas formas estéticas y de uso doméstico (sofás y reposeras de mármol, sillas, mesas bajas, banquetas y otros mobiliarios).
 
“Se trata de extender el ciclo de vida de un material, de una preforma muerta que la sociedad desecha a diario. La idea es sacar lo mejor de cada material y hacer una síntesis artística pero industrial”, explica este joven que actualmente trabaja con materiales recuperados como el filtro de petróleo, el roble macizo o el vidrio.
 
Claro que su manera poco convencional de trabajar le acarreó algunas dificultades dentro del ámbito universitario.
 
“En la facultad tuve más problemas que satisfacciones, siempre me consideré un rechazado porque no me ajusté a las formas académicas”, dice.
 
Felipe recuerda que la tesis de licenciatura sobre Ecodiseño –con la cual se recibió– había sido bochada años atrás por un comité académico por no respetar ciertas normas de presentación. A los años volvió a insistir con lo mismo y se lo aceptaron. “Tuve que seguir sus formalismos y me aceptaron el proyecto”, completó.
 
Nuestro protagonista participó en Música por los Caminos del Vino de este año, con una ambientación de Ecodiseño de 100 metros cuadrados. En junio, Felipe presentará una muestra en Rosario con objetos reciclados de carácter sadomasoquista. Eso sí –aclara– siempre en pos del medio ambiente.

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