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Uno: El Quijote, en diálogo de alto vuelo

Los escritores Alfredo Bryce Echenique y Federico Jeanmaire convocaron a más de 200 personas a su diálogo sobre la novela más famosa del mundo. Un encuentro inteligente y lleno de humor

Como en todo buen encuentro, donde la inteligencia y el buen humor se combinan gracias al talento de sus protagonistas, las más de 200 personas que asistieron anoche al “Diálogo sobre el Quijote y la lectura” nunca dejaron de sonreír.

La reunión tuvo como interlocutores a los talentosos escritores Alfredo Bryce Echenique y Federico Jeanmaire, acompañados por Miguel Albero Suárez, cónsul de España en Mendoza, y Jaime Correas, director periodístico de Diario UNO. En tanto que las autoridades de la Universidad de Congreso y de OSDE –también organizadores del encuentro– disfrutaban desde el público.

Bryce Echenique y Jeanmaire disfrutaron de su diálogo, contagiaron al público de su manifiesta pasión por el Quijote y, con sencillez y precisión, dieron cátedra sobre la novela más famosa de todos los tiempos.

Después de las palabras de bienvenida y de las respectivas presentaciones de los autores por parte del cónsul de España y del director de nuestro diario, fue Federico Jeanmaire quien inició el debate propiamente dicho.

“El Quijote nos iguala a todos los que estamos aquí, como la muerte. De él provenimos y por eso estamos aquí hablando de él, escribiendo libros, haciendo literatura. La literatura es una discusión constante de la que participamos escritores y lectores”, sentenció el especialista en la obra cervantina.

Jeanmaire se refirió al Quijote como “una máquina de acumular y de provocar lecturas. El Quijote se vuelve loco por la literatura, por leer libros de caballería”, y detalló la popularidad de estos libros a principios del siglo XVII, cuando apenas el 40% de los hombres y el 20% de las mujeres sabían leer.

Con calidez, Jeanmaire subrayó la audacia de Cervantes para escribir una novela que se permite jugar con el castellano en formación, con la estructura narrativa y los personajes. Finalmente, invitó al público a volver a leer el Quijote en la clave en la que fue escrito: la del juego y la diversión.

Alfredo Bryce Echenique centró su charla en el humor cervantino. “El Quijote es una novela de humor. No sólo funda la novela moderna, sino que inventa el humor en la literatura”.

“Cervantes no se tomó en serio ninguna de las convenciones de la literatura de su época. El Quijote quiere ser un personaje que no es, todo es mistificación de lecturas anteriores, por ello nada en el Quijote debe ser tomado en serio. Cervantes sólo quiere entretener sorprendiendo”, afirmó con su genuina gracia el peruano.

Bryce explicó cómo el Quijote pone en cuestión el ser de todas las cosas y emociones. “Este libro es como una gran broma ontológica. Pero Cervantes se burla con una ironía sutil, refinada. La ironía es la sonrisa de la razón”, definió con brillantez.

Como colofón, Bryce señaló que “el Quijote nos muestra que la vida es una derrota constante y ésta es la razón de ser del arte de la novela”.

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