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Uno: Elementos peligrosos en el trabajo

“El 30% de los docentes en el país sufren de problemas en las cuerdas vocales. Estas disfunciones les impiden seguir trabajando muchas veces a edad temprana”.

26 de abril de 2006, 13:44.

El dato lo brindó el secretario de la Asociación de Ergonomía Argentina, el ingeniero Carlos Slemenson, quien ayer dio una charla en las jornadas de ergonomía que se concretaron entre el lunes y el martes en la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo).
 
Lo físico y lo psicológico
 
La ergonomía es una disciplina ligada a la salud y la higiene laboral que se aboca a estudiar formas de atenuar los impactos negativos del trabajo en la salud física y psicológica de los trabajadores.
 
Esta especialidad se nutre tanto del diseño de productos como de la medicina laboral, los recursos humanos y la psicología, entre otras disciplinas.
 
Riesgos y prevención
 
En el país existe una resolución del Ministerio de Trabajo de la Nación (la 295 del año 2003) que define el ámbito de aplicación de la ergonomía y da pautas para evaluar si un trabajo puede ser perjudicial para la salud. Sin embargo, esta resolución no está aún reglamentada.
 
“En todos los trabajos hay elementos peligrosos. Lo más riesgoso es someter a una persona a una tarea que va más allá de su capacidad”, explica Slemenson.
 
Retomando el ejemplo de los docentes, el profesional indica que para atenuar el impacto de las disfonías –una enfermedad profesional reconocida por las ART– es necesario encarar talleres del buen uso de la voz especialmente en el Gran Buenos Aires, donde el número de docentes supera los 200.000.
 
Enfermedades más comunes
 
En otras áreas, como la de los obreros de la industria o los albañiles, la ergonomía ha detectado que las enfermedades más comunes son las tendinitis, los problemas de columna y, en particular, el envejecimiento prematuro.
 
“A los 50 años muchos de estos hombres no pueden trabajar. Por lo tanto, llegan sin salud a la edad jubilatoria. Eso si no muere antes”, grafica crudamente Slemenson.
 
El especialista es consciente de que para modificar esta situación la decisión debe partir de las políticas de cada región, ya que estos cambios suponen costos que la mayoría de las empresas, por sí solas, no están dispuestas a asumir.
Gonzalo Ponce gponce@diariouno.net.ar

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