La Empresa Provincial de Transporte (EPT) aumentó casi cuatro veces su cantidad de choferes y de vehículos en cinco años. En los últimos tres meses tuvo su mayor expansión cuando se hizo cargo de casi 120 choferes más (una cuarta parte del total de la planta de personal que es de 425 conductores). Todos ellos se incluyeron bajo las mismas condiciones y regímenes que el resto de los empleados que manejan los trolebuses.
Estas incorporaciones se produjeron luego de que la empresa de troles se hiciera cargo de los recorridos de micros que estaban concesionados al sector privado y que volvieron a manos del Estado.
Así, la empresa que maneja Amalia Monserrat, se transformó en el eje de la estatización del transporte público de Mendoza. De ser una empresa que manejaba modestamente los troles de la ciudad, tuvo que hacerse cargo de administrar los recorridos que le fueron sacados o que abandonaron las empresas privadas. Hoy, además de los troles, tiene a cargo cuatro líneas de micros: la línea que une Pedro Molina-Unimev con el centro; el recorrido hasta el barrio Paraguay de la línea 20; parte del recorrido de la línea 300 que llega hasta Lavalle; y el más nuevo de todos, el de la línea 240, que llega hasta San Martín. En total son más de 100 unidades y 425 choferes. Bajo su órbita están los 126 micros que compró el Estado, de los cuales 49 ya están en la calle.
El proceso de ampliación que lleva la empresa tiene dos etapas más en el corto plazo. Por un lado, inaugurar en agosto la línea de trole a la UNCuyo; para esto deberá utilizar siete coches más. Al mismo tiempo se planea comprar troles nuevos.
Por otro lado, tendrá que hacerse cargo del resto de los recorridos de la línea 20, para lo cual pondrá en funcionamiento el resto de los micros que compró el Estado.
Beneficios sí, antigüedad no
Esta expansión rebotó directamente en los empleados. Todos los choferes que quedaron sin trabajo fueron tomados por la empresa de troles bajo las mismas condiciones que el resto de los empleados. Son trabajadores de planta temporaria, tienen el beneficio social, por lo que se convierten en afiliados de OSEP, se les efectúan los descuentos jubilatorios, tienen la protección de ART y gozan de vacaciones y del régimen de licencias como cualquier empleado público. Como cualquier otro chofer de troles, tienen ocho francos mensuales.
Los únicos dos puntos en los que se mantendrán inflexibles –según Monserrat– es en el reconocimiento de la antigüedad sumada por esos empleados en el sector privado. “Esto es imposible porque no se puede sumar la antigüedad que han obtenido en un ámbito distinto”, evaluó.
Otro de los puntos de conflicto es la diferencia en la edad jubilatoria. En el sector privado se jubilan a los 55 años y en el Estado a los 65, por lo tanto en el traspaso, los que creían que estaban a punto de jubilarse ahora tendrían que trabajar 10 años más. “Aunque entendemos el reclamo y lo consideramos justo no podemos hacer nada porque tenemos que cumplir con la ley”, cerró la funcionaria.
* Sara González / sgonzalez@diariouno.net.ar