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Uno: Están desarmando las vasijas de la ex Giol

Los 54 toneles –con una capacidad para 2 millones de litros– empezaron a ser desmantelados, pero el trabajo llevará varios meses. El lugar se había convertido en un refugio para gente de mal vivir

01 de diciembre de 2005, 10:53.

“Queremos empezar, y en una semana le podré decir cuánto tardaremos”, expresó el empresario Héctor Martín en relación con el tiempo que le demandará a la compañía que dirige desarmar las 54 herrumbrosas vasijas de acero de la ex bodega Giol, en Maipú.
Martín es propietario de una enorme chacarita en Lavalle y se dedica al desguace y venta de elementos en desuso con posibilidades de ser reciclados.
“Comenzamos con una grúa de 30 toneladas por los techos y luego con otra más chica para la parte inferior”, expresó Martín, mientras un funcionario aseguró que sacar los enormes tanques demandará varios meses.
Luego de desarmadas las vasijas, la mayor parte de los materiales serán derivados a una prensadora en Quilmes, en el Gran Buenos Aires. “Y un poco quedará acá en Mendoza, donde veremos si podemos vender algo como tanque o sino todo por chapa”, agregó Martín, quien conformó una UTE con una empresa bonaerense para realizar los trabajos en Maipú.
El intendente Adolfo Bermejo observó ayer el inicio de las tareas de desarme y señaló que desmantelar los tanques es una necesidad. “Estas piletas no se usaban y creaban un problema de inseguridad para la zona, porque servían para escondite de gente con malas intenciones”, sostuvo.
Los grandes toneles fueron instalados durante la administración provincial de Antonio Cafiero –quien fue interventor de la provincia en 1975– y cuando la bodega Giol era estatal.
Las vasijas tienen el tamaño de un edificio de cuatro pisos y una capacidad de dos millones de litros. Fueron utilizados muy escasamente para albergar vino, que supuestamente se vendería a mercados de Europa del Este. La mayor parte de su existencia estuvieron vacíos.
Vender actualmente el material con el que fueron construidas las vasijas es rentable, de allí la decisión de erradicarlas. “Ahora resulta ser negocio la venta de esto. Porque hace un tiempo atrás el gran trabajo que significaba sacar las vasijas no redituaba con el material que se llevaban”, explicó Bermejo.
Agregó que los vecinos ven la tarea “con mucho agrado” porque volverá “la tranquilidad y seguridad y también porque el lugar formará parte de un proyecto turístico relacionado con Giol”, señaló. También se tiene pensado destinar un espacio para un centro universitario y el jardín de infantes de la escuela Moyano.
Luis Gregorio lgregorio@diariouno.net.ar

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