El hombre fue el encargado de reconocer los restos de la joven aunque le costó hacerlo ya que se encontraba en avanzado estado de descomposición.
 
No obstante, Lebbos reconoció a su hija, que era estudiante de Comunicación Social, por un tatuaje que tenía en una parte de su cuerpo.
 
Voceros policiales indicaron que las primeras pericias practicadas en la autopsia revelaron que habría sido estrangulada durante el ataque la noche que salió a bailar junto a una amiga, aunque aún no pudo constatarse que haya sido víctima de abuso sexual.
 
“Me hubiera gustado estar cuando encontraron a Paulina, creo que hubiera podido reconocerla”, aseguró el novio de la víctima durante una improvisada entrevista en el momento en que retiraban los restos.
 
El muchacho comentó que los días anteriores a su desaparición habían planeado irse a vivir juntos y que mantenían una buena relación de pareja. El cadáver de Paulina fue encontrado el sábado por la tarde al costado de la ruta 341 a la altura de la localidad de Tapia en avanzado estado de descomposición.
 
Según las primeras impresiones, el cuerpo llevaría varios días en ese lugar y muestra signos de haber sido atacado por perros y otros animales de la zona.
 
Rápidamente los investigadores del caso sospecharon que podría tratarse de Paulina Lebbos porque la vestimenta coincidía con la ropa que tenía la joven estudiante universitaria cuando desapareció.
 
Lebbos fue vista por última vez en la madrugada del 26 de febrero, cuando subió a un remís en la zona de los pubs del Abasto tucumano. El cadáver apareció en un descampado.