¿Qué era poner las cosas en su lugar? Hacer lo que tampoco se hizo con los trabajadores de la salud. Detectar a quienes no trabajaron y descontarles el día, como corresponde. Pues hay un evidente quiebre de la ley, además de un fraude moral, cuando se firma la entrada y no se cumple con la tarea, utilizando el tiempo en que supuestamente se está trabajando para protestar. Nadie impide la protesta, pero sí que se haga cuando se ha dado el presente.
Esa práctica se puede hacer porque se trata de empleos estatales. La gran mayoría de esos protestones no afecta en nada el funcionamiento, pues igual es poco lo que hacen cuando no protestan. Pero los empleados de la salud o los judiciales, en algunos casos, realmente les hacen un daño a los ciudadanos. No a la patronal, que sería el Estado, pero sí a quienes con sus impuestos pagan sus sueldos.
Este mismo esquema se repite con los profesores de secundarios de la UNCuyo. La rectora, en una actitud que la enaltece y que la pondría –de cumplir– por sobre la Corte y el Gobierno provincial en cuanto al cumplimiento de su responsabilidad pública, ha dicho que descontará las jornadas no trabajadas por la protesta. Habrá que ver; ojalá cumpla.