Mientras los judiciales y los jueces se pelean con el Gobierno, con los legisladores en el medio, los estatales hacen lo propio en sus distintos sectores, los docentes de los colegios de la UNCuyo les hicieron un daño irreparable a sus alumnos, etcétera, hay sectores de la vida social que continúan con su crecimiento y su desarrollo.
Valgan los ejemplos de la vitivinicultura, hoy castigada en algunos departamentos por la piedra, y el turismo, con sus distintos rubros, como el gastronómico y el hotelero.
En Mendoza, por fuera de aquella vieja tradición quejosa de algunos sectores de la producción vínica y de la industria turística, se ha crecido más en los últimos cinco años que en los cincuenta anteriores. Y ese gran estallido no ha sido sobre la base de las históricas reivindicaciones de aquellos quejosos aludidos, siempre retrógrados, sino que han partido de una nueva manera de encarar los negocios, abiertos al mundo y compitiendo.
Una vez más diremos que hay dos Mendoza. Una que no logra salir de su detenimiento, ligada a la política, que cada día muestra más su incapacidad para cumplir bien su función, y otra relacionada con la producción, decidida a superarse y mejorar.
Para muestra valga un botón. La gastronomía mendocina, que tiene escuelas especializadas trabajando desde hace algún tiempo para formar el recurso humano, ha tenido un crecimiento digno de mención. Ha mejorado en todos los aspectos para convertirse en un eslabón fundamental de unión entre el mundo del vino y el del turismo. Para que esto haya sido posible han existido tareas complementarias entre empresarios, académicos, alumnos, especialistas en diversos rubros. ¿Será tan difícil buscar los caminos para que ese esquema de efectividad se pueda repetir en la cosa pública, siempre detenida por la dificultad para salir de los conflictos?
Mendoza está frente a una gran oportunidad. Sería una pena perderla.
Uno: Hoy por hoy: Una gran oportunidad
Queda claro que mientras no haya una mayor comunicación y buena voluntad de la dirigencia no habrá solución para los conflictos institucionales que tiene la provincia. Pues los intereses y las posiciones son tan contrapuestas que no se logra llegar a acortar distancias para dar fin a los temas.