La licitación inicial comprende los trabajos de albañilería, con la estructura de hormigón armado y demás trabajos básicos, que tienen un presupuesto de $3.000.000, la mitad de lo que demanda la obra completa (unos $6.000.000).
La rectora de la UNCuyo, María Victoria Gómez de Erice; el vicedecano de la Facultad de Ciencias Médicas y director general del Hospital Universitario de Cuyo, Benigno Gutiérrez, y el director técnico de la obra, Agustín Reboredo, informaron sobre la construcción, que espera finalizarse en enero de 2007.
Gutiérrez señaló que la modificación que se ha efectuado al ex hospital de los ferroviarios “es grande” y que se apunta a la concreción de un modelo hospitalario en donde se privilegie la relación médico-paciente, la investigación y lo académico. “Se trata de no repetir esquemas habituales para evitar transformar al hospital en una institución de administración”, dijo.
Entre otras incorporaciones estructurales, el edificio contará ahora con salas de espera acordes, rampas de seguridad, un auditorio –es el doble del aula magna de la Facultad de Medicina–, buffet y un moderno centro de rehabilitación, que incluye la terraza. “No hay otro centro asistencial que tenga dedicado todo este espacio a rehabilitación”, se remarcó.
En cuanto a internación, Gutiérrez manifestó que el hospital únicamente contemplará la relacionada con la obstetricia, ya que el resto de la prestación médica está vinculada con la atención primaria de la salud, la rehabilitación y los servicios de tipo ambulatorio.
Reboredo explicó que el Hospital Universitario de Cuyo contará ahora con 10.000 metros cuadrados de superficie, mil metros más que la actual construcción.
“Por razones económicas” –explicó– se realizarán seis licitaciones para concretar el trabajo completo. La primera, que comenzará en enero, “comprende la llamada obra húmeda”.
Aclaró Reboredo que el trabajo “no está formalmente adjudicado” y que la empresa preadjudicataria es Vidalia.
La segunda licitación comprende los trabajos de estructura metálica, gimnasio del tercer piso para hidroterapia, gimnasio de niños y auditorio. La tercera parte abarca cañerías e instalación de gas; la cuarta, la instalación de calderas para la provisión del agua caliente; la quinta, electricidad, y finalmente la sexta, la refuncionalización de los ascensores y provisión de un nuevo ascensor.
Aunque se trata de una construcción de 1963 realizada bajo conceptos de los años ’40, el edificio fue encontrado “razonablemente sano”. Pese a ello, y porque podría sufrir daños graves en casos de sismos de envergadura, “se consiguió duplicar la resistencia”, expresó Reboredo.
Luis Gregorio lgregorio@diariouno.net.ar