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Uno: La estatuilla sanmartiniana se deformó y es blanco de críticas

Las malas técnicas de fundición del bronce estropearon el molde y se perdió su calidad artística original. Además, sus 4 kilos de metal hacen difícil recibirla para personas mayores. Polémica

04 de agosto de 2005, 12:44.

Una fuerte polémica se generó esta semana en torno a la estatua de bronce de las distinciones sanmartinianas que entrega cada año la Legislatura de Mendoza, la cual podría ser remplazada el año próximo por una nueva escultura.

Ofensas hacia María del Carmen Ramírez, escultora de la estatua original, formaron parte de este entuerto que se originó en junio de este año, cuando miembros de la comisión bicameral que otorga esta distinción encontraron que la estatuilla actual es muy pesada –pesa cerca de 4 kilogramos– y perdió su forma original.

“No se distingue el rostro de San Martín”, señaló Héctor Loretti, a cargo de relaciones institucionales de la Legislatura, que ayer actuó como vocero de la opinión de los miembros de la comisión que integran diputados, senadores, la UNCuyo y el CRICYT.

El fuego, empero, lo encendió la senadora del PJ Sara Rosales, que también integra la comisión, al señalar que sus pares le faltaron el respeto a la artista al declarar públicamente que su obra es “muy fea”.

“En junio, durante una reunión de la que no participé decidieron llamar a concurso para cambiar la estatua porque a Rosa Fader (representante de la Universidad) le parecía fea. Hicieron el concurso, pero las propuestas fueron rechazadas y quedó desierto. Entonces me comuniqué con María del Carmen Ramírez, la escultora que diseñó la estatua original, para informarle sobre el tema”, dijo la senadora Rosales.

Molesta, la escultora Ramírez aseguró que no le importa que llamen a un nuevo concurso o remplacen el diseño de la estatua que resultó ganadora en 1993, porque cuando ella ganó el concurso cedió todos los derechos. “Lo que sí me importa es que no admitan que la estatua perdió la forma por cosas que ellos hicieron mal, no por culpa mía”, disparó refiriéndose a las sucesivas fundiciones “a tierra” a las que fueron sometidos los moldes, que con el tiempo perdieron su forma original.

“La fundición que usan es para placas de bronce, no para esculturas. Para cuidar el detalle de la escultura se usa el sistema de cera perdida, que es el que ofreció la Universidad, pero que la Legislatura rechazó porque es más caro. Eligieron un sistema barato y la matriz se perdió”, subrayó.

De hecho los rasgos del rostro del San Martín anciano que emerge de un muro hoy están completamente perdidos, y se ve solamente un bloque de bronce donde sólo se distinguen algunas líneas curvas.

 

Los que recibirán la distinción

El 17 de agosto la Legislatura provincial entregará las distinciones sanmartinianas que premian la labor de hombres y mujeres que se han destacado en la educación, el arte, la ciencia y el servicio a la comunidad.

Este año los premiados son 15 mendocinos; cuatro de ellos, además de la estatuilla de bronce, recibirán una pensión vitalicia de $500. El fotógrafo Máximo Arias, la artista plástica y curadora Berta Goldman, el lutier Walter Morato y Hugo Bustos, por su labor de servicio a la comunidad serán premiados con esta pensión graciable, que se otorga a personas que no tienen jubilación o pensión estatal.

La nómina de galardonados se completa con Euser Carlos Sticca, el artista plástico José Martí, Juan Elía Blanc por su trabajo comunitario, Arnold Gusberti por su tarea en educación, Mirta Iris Trevisán por su labor como docente e investigadora y por su trabajo en la cooperadora del hospital Humberto Notti.

Están en la lista, asimismo, Norma Gladys Acordinara, Roberto Chediak, Julio Demetrio Sarmiento, el músico Polo Márquez, la artista Hebe Yacante y Silvano Savoy.

La máxima sanmartiniana que acompaña la distinción de este año, que se otorgará durante una asamblea legislativa, dice así: “Para defender la causa de la independencia no se necesita otra cosa que un orgullo nacional. Para defender la libertad y sus derechos se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción, de elevación del alma”.

 

El ejemplo de Mirta

Una polio la dejó temporalmente paralítica cuando tenía 11 años. Gracias a la ayuda y los cuidados que le prodigaron los pediatras del hospital Lencinas, Mirta Iris Trivisán recobró la movilidad, y con el tiempo, materializó su agradecimiento trabajando por los niños.

Lo hizo primero como docente. Egresada de la carrera de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras, dedicó 47 años de su vida a enseñar Historia argentina en las escuelas secundarias. Comenzó en el Padre Claret y, aun jubilada, siguió con horas de Historia en la escuela de comercio Manuel Belgrano, de donde se retiró recién en junio de este año.

Fundó y dirigió durante once años la Asociación Sanmartiniana de Godoy Cruz.

Desde el año pasado se dedica de lleno a presidir la cooperadora del hospital Notti. “Este trabajo ahora ocupa todo mi tiempo, pero estoy muy conforme, porque siempre quise dedicarle más tiempo a los niños”, aseguró.

A días de recibir su primera distinción sanmartiniana, Mirta siente que éste es un gran honor.

* Gabriela Malicia / gmalizia@diariouno.net.ar

 

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