De todas formas, se mostraron alegres. “Argentina y China ya tienen muy buenas relaciones tanto desde el gobierno como del pueblo, por eso estoy muy contento por venir a enseñar chino”, dijo.
El matrimonio llegó a la aeroestación local a las 20.45 junto a la ministro de Economía, Laura Montero, y algunos empresarios que viajaron a Buenos Aires por las negociaciones tendientes a evitar que el ajo chino invada el mercado.
El profesor estará en Mendoza durante un año y cobrará U$S1.000 al mes. Es fundador y catedrático del Departamento de Literatura Española y Latinoamericana de la Universidad de Nanjing (China) y tradujo al chino obras de Jorge Luis Borges e Isabel Allende. “Borges me gusta mucho, porque no solamente es de Argentina sino también de América Latina y el mundo entero”, argumenta.
Chen habla poco y es muy escueto. En el aeropuerto, apenas recuperó sus valijas se dirigió rápido hacia la salida hasta que una colaboradora de la ministra lo interceptó para que la prensa pudiera hablar con él. Luego se quedó, obediente, junto a Montero. Su esposa no habla absolutamente nada de español y prefirió alejarse unos metros.
“Tengo muchas ganas de trabajar”, dijo después de pensar unos minutos. Siguió recordando que en esta primera etapa de su trabajo dará “charlas sobre la cultura china, la historia y la geografía”.
El 3 de diciembre, en la Enoteca de la Artes (Ciudad) expondrá sobre los “Pros y contras de la China actual”. Y seguirá con un ciclo de conferencias en la Universidad de Congreso, la UNCuyo y la UTN.
Ante la consulta sobre lo difícil de estudiar chino y el tiempo que demanda, el catedrático respondió: “Creo que no es tan difícil como uno se imagina y tampoco es tan fácil como se imagina”.
Más tarde Montero hizo un aporte: “Hay 80.000 caracteres chinos y sabiendo 3.000 ellos pueden leer el periódico. Supongo que podremos aprenderlos. Si empezamos a establecer una relación con China debemos entender más su cultura”.