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Uno: Mozart, en el piano de un chileno

El destacado pianista chileno ofrecerá hoy un concierto clásico del compositor austríaco junto a la Sinfónica de la UNCuyo. bajo la dirección del uruguayo Martín García. “Tiene muchas exigencias”, dice el solista

16 de septiembre de 2005, 14:05.

El joven pianista chileno Felipe Browne se presentará esta noche junto a la Orquesta Sinfónica de la UNCuyo, para interpretar el Concierto Nº 23 para piano de Mozart, dirigido por el maestro uruguayo Martín García.
La velada que se realizará en el teatro Universidad (Lavalle 77, Ciudad) hoy a las 21.30 en adhesión a los festejos de la independencia de Chile, se completará con la Obertura de Rosamunda, de Schubert, y la Sinfonía Nº 99 de Haydn.
El concierto permitirá apreciar el talento de Browne, un músico que durante años se perfeccionó en Londres, que toca habitualmente en distintos escenarios europeos y que ya editó por el sello británico Claudio Records el primero de una serie de CD con la obra completa de Chopin.
“El 23 de Mozart es preparatorio de los 250 años de la muerte de Mozart que es el año que viene. Me gustó mucho conversar con el director Martín García que es muy profesional. Va a salir superbién armado. Este fue un concierto muy tocado en los ’60 por Arthur Rubinstein y otros pianistas famosos y es como rescatarlo un poco”, cuenta Browne.
Según el pianista “lo que tiene de bonito es que Mozart en este concierto es sumamente clásico, más clásico que otros de esa época. Es como que retrocede en las formas, no le agrega algo extraño o loco como le pasaba a Beethoven en sus últimas obras que eran una revolución ideológica. Mozart ya había roto muchas estructuras y dijo ‘voy a hacer algo clásico y bonito para que todos estén contentos hasta yo mismo’. Tiene secciones muy rápidas. Tiene muchas exigencias, sobre todo en el tercer movimiento que está lleno de arpegios”.
Browne toca además con el reconocido Emsemble Bartok/Chile, una formación dedicada a la música contemporánea que incluye en su repertorio a Miguel y Alfonso Letelier, Antunes, Gaustavino y Piazzolla, entre otros.
El chileno adelanta que el año próximo el Emsemble Bartok podría tocar en Mendoza.
“Es una música difícil, fuerte, con mucha disonancia, molesta mucho a la gente. Dimos un recital hace unos años en una iglesia para Navidad. Queríamos decir que la realidad actual es muy dura, muy terrible. Queríamos expresar lo que dicen los músicos actuales. A los 10 minutos salieron todos corriendo y quedaron tres personas que eran amigos y sus hijos se tapaban los oídos”, recuerda, entre risas, el artista.
Browne sostiene que la música contemporánea lo ayuda a tocar lo clásico. “No sé cómo explicarlo, es tan alambicada, tan complicada que uno ve lo clásico como algo transparente, cristalino y después lo gozo cien veces más”, sostiene el solista.
Oscar Guillén oguillen@diariouno.net.ar

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