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Uno: Otro polo científico en Malargüe

MALARGÜE- Con la futura creación del Centro Internacional de Estudios de la Ciencias de la Tierra, Malargüe abrirá el campo de acción científico, que ya tiene con la detección de rayos cósmicos y el vulcanismo, hacia otras disciplinas ligadas al estudio del ambiente y el comportamiento y origen de la Tierra.

El futuro centro de estudios “monitoreará las distintas formaciones y microdeformaciones de todo el globo terrestre, lo que facilitará el estudio de su origen, como también su prevención sísmica, tectónica y volcánica, y en particular ambiental”, explicó Gabriele Paparo, del Instituto de Acústica O. M. Corbino, ubicado en Roma.

Según el científico, el estudio de las ciencias de la Tierra puede llegar a explicar “por qué suceden los aluviones, por qué existen los tornados, estudiar cómo florece la energía endógena de la Tierra, o por qué se dan en determinados puntos y no en otros del planeta”. 

Más campo de acción

Este nuevo centro internacional tiene su nacimiento en el ya existente Proyecto Peteroa, que contempla la instalación de una estación de emisión acústica en ese volcán ubicado en plena Cordillera de los Andes, y que permitirá en el futuro anticipar su actividad.

Si bien se trabaja desde el año 2000, surgió la necesidad de abrir el campo de acción a otras disciplinas y extender los objetivos, es decir que no sólo se avanzará en vulcanismo sino en el estudio del ambiente, la esencia y el comportamiento de la Tierra para poder predecirla en el futuro.

Junto con el Observatorio de Rayos Cósmicos Pierre Auger conformará en Malargüe un polo científico internacional donde confluirán estudios sobre la Tierra y el ambiente, como análisis territoriales, geofísicos y del clima.

Según se informó desde la Comuna, esto será posible mediante la instalación de estaciones multiparamétricas, “donde no sólo se utilice la emisión acústica, sino que se midan otros parámetros desde Ushuaia hasta Alaska, en dirección norte-sur y de América hasta el Asia, pasando por Italia en dirección hacia el oeste, de modo de contar con información lo más completa posible de toda la evolución del globo terráqueo”.

José Ruzzante, científico de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), señaló que los fondos para este proyecto derivan fundamentalmente de dos lugares: la Comuna malargüina, que ha cedido el terreno y se hará cargo de la construcción del edificio, e instituciones italianas que darían un aporte inicial de 300.000 euros para el equipamiento e intercambio de investigadores.

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