El Hospital Universitario –ex Ferroviario– comenzará a funcionar “en los primeros meses del año próximo”, estimó ayer su director, Benigno Gutiérrez. Ubicado en Paso de los Andes 3051 de la Sexta Sección de Capital, el edificio –construido en la década del ’60– fue comprado por la Universidad Nacional de Cuyo en el 2003 y estuvo cerrado mucho tiempo.

Hasta ahora se realizó el 20% del total de las obras necesarias para su refuncionalización: albañilería y relevamientos de arquitectura e ingeniería; arreglos, erradicación de álamos y demás. En los próximos treinta días se instalará un enrejado en la parte frontal de la sede. La atención para toda la comunidad “será accesible y económica, no gratuita, y se extenderá las 24 horas”, explicó Gutiérrez, quien trabaja en lo inmediato en un plan de capacitación de todos los recursos humanos de la institución. Desde el Ministerio de Salud de la Nación prepararán a todos, desde administrativos hasta médicos y especialistas. Docencia, investigación clínica y servicio son los tres objetivos a alcanzar que enumera el titular del Hospital Universitario. Apenas abra sus puertas al público, el centro sanitario concentrará todas las actividades en la planta baja y el subsuelo. En el costado sur se vivirá un ritmo más tranquilo, porque funcionarán los consultorios de atención programada –de todas las especialidades–, la farmacia y el laboratorio bioquímico. El ala norte será la vertiginosa contracara: la guardia y el sector de emergencia para atender, por ejemplo, a las víctimas de un accidente, y las demandas espontáneas, como una suba de tensión arterial. Para Gutiérrez, éstas últimas significan el 90% del trabajo de las guardias de los centros asistenciales. También atenderán allí Odontología, las emergencias de ese rubro y Radiología. Los trabajos de refuncionalización, para el directivo, se están haciendo “dentro de los plazos esperados”. Poner orden fue lo primero que debieron hacer apenas pudieron acceder al edificio, explicó. Así, todo el equipamiento técnico que estaba guardado en el subsuelo y en la planta baja fue llevado al segundo piso. Pertenecen esos bienes –maquinarias, camillas, tubos y más instrumental– a los ex propietarios y ex concesionarios del desaparecido Ferroviario. Están inventariados por orden de una jueza de Buenos Aires y eventualmente podrán ser reclamados –ante la Justicia– por quienes acrediten posesión a través de documentación fidedigna. Las historias clínicas de los pacientes y otra documentación pública encontradas por los nuevos dueños del edificio fueron guardadas. Bajo la supervisión de notarios y abogados de la UNCuyo, todo ese material será entregado a los ferroviarios.