La idea del sector privado, sin embargo, no hubiera sido posible sin el asesoramiento del Instituto Tecnológico Universitario (ITU), cuyos miembros confeccionaron las bases del proyecto y realizaron un seguimiento semanal en cada una de las escuelas participantes.
“Los técnicos del ITU nos ayudaron constantemente. Sin ellos poco hubiéramos podido encarar con seriedad y sustento”, agradeció Liliana Santi, directora del colegio Chubut, de Rivadavia.
Así, cada institución presentó su producto terminado en el patio y en los interiores de la escuela Bautista Grosso, que ofició de local por su particular propuesta: la creación de una cancha de fútbol para torneos intercolegiales.
También hubo muchos otros proyectos que se destacaron en el encuentro. Entre ellos, el de la escuela Padre Arce, del barrio La Gloria, con la creación de una radio comunitaria y un proyecto de panificación artesanal en la escuela especial Villalobos, de Luján.
En Godoy Cruz, la escuela especial Enrique Day se encargó de la elaboración y comercialización de dulces y aceite de oliva, mientras que la Clotilde Sibert, de Tunuyán, desarrolló un taller de apicultura.
Por su parte, los chicos del instituto Presidente Avellaneda se lucieron con su plan de refacción de sillas de rueda y los de la Escuela Nº 4-157, de El Plumerillo, conformaron una murga. “Queremos seguir creciendo, comprar instrumentos y más vestimenta para actuar”, dijo entusiasmada la murguera Valeria Díaz.
En cuanto al futuro de estos proyectos, Dellazoppa aseguró que “habrá continuidad. La idea es también incorporar más escuelas, siempre y cuando se sumen más empresas”.