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Uno: Reflejan con arte el horror de la dictadura

Es una exposición en Turismo y Cultura por los 30 años del golpe de Estado de 1976. Cuarenta artistas locales logran crispar el alma con sus presentaciones

Fotografías de rostros anónimos para muchos pero recordados y llorados por tantos otros. Letras en volumen pintadas en color castrense que denuncian una “deuda”. Una cárcel en miniatura que, a modo de una casa de muñecas, desnuda el ultraje a mujeres. Palabras y nombres que atraviesan óleos, cómics y esculturas. Es apenas una síntesis de Arte y dignidad, la muestra de casi 40 artistas locales que inauguró ayer en la sede del Ministerio de Turismo y Cultura (Gutiérrez y España, Ciudad).
 
Se mantendrá más allá del 24 de marzo en recuerdo del ingreso de los argentinos a una de las épocas más oscuras de su historia y de los desaparecidos por el autodenominado proceso de reorganización nacional.
 
La muestra abrió la serie de actividades organizadas por la UNCuyo en conmemoración de los 30 años del golpe militar de 1976, pero especialmente en memoria de los docentes y alumnos desaparecidos, perseguidos y cesanteados por la dictadura. Está coordinada por la Universidad de La Plata, ya que se desarrollan muestras similares en el país.
 
Arte y dignidad verdaderamente crispa el alma. Ocupa tres salas del edificio del ex Banco Hipotecario con diversas expresiones artísticas, entre las cuales resaltan las instalaciones. A modo de nexo en el hall que hay entre los salones Elina Alba y Pablo Saccero se levanta un cono trunco tapizado con fotos de desaparecidos y rodeado por rocas pintadas de blanco y con números del 1.000 al 30 mil.
 
Otra instalación está conformada por una serie de jaulas para aves, pintadas de rojo para simbolizar el dolor, la represión y la sangre corrida durante la dictadura, todas vinculadas entre sí por cintas negras con diversos nombres de personas. Más allá se creó un recinto rodeado por tela negra que al descorrerla deja ver dos jaulas: dentro de una hay una silla con manchas color sangre y figuras colgadas; en la otra, una máquina de escribir que sobre una hoja ha impreso sólo equis.
 
También emociona una mesa de ofrenda andina en recuerdo de Santiago José Illa. Se ve su foto encima de un altar inundado por imágenes hechas en pan, fotos del joven, su familia y su carnet de prensa, ya que Illa trabajaba para el periódico Patria Nueva. En ese mismo sector hay una instalación, que suma una performance, llamada Bolsa-pañal-pañuelo. Ahí hay cigüeñas en cuyos picos llevan bolsas con niños, pero las mismas tienen la forma de los pañuelos que caracterizan a las madres y abuelas de Plaza de Mayo.
 
Según comentó Fabián Sama, de la Subsecretaría de Cultura, “todas las piezas que se exponen fueron especialmente realizadas para la muestra”.
Fabián Sevilla fsevilla@diariouno.net.ar

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