BUENOS AIRES– Finalmente, la Plaza de Mayo volvió a constituirse anoche en ámbito de concentración popular, luego de que el Gobierno habilitara el corredor de la Avenida de Mayo para el desarrollo de una marcha multisectorial que partió del Congreso y unificó distintos reclamos en un nuevo aniversario de la denominada “Noche de los lápices”.
Organizaciones estudiantiles, gremiales, políticas y piqueteras volvieron anoche a la plaza, luego de dos semanas en las que sendas marchas quedaron ancladas en retenes policiales, que generaron momentos de suma tensión.
Esta vez, el dispositivo policial convocó a 900 agentes pero permitió el acceso hacia la Plaza de Mayo, con la excepción de la calle Rivadavia, donde garantizó la circulación del tránsito y la multisectorial avanzó sin generar incidentes.
Voceros del Ministerio del Interior estimaron esta noche en 8.000 los asistentes a la marcha, que, según dijeron, transcurrió sin incidentes.
Pese a que no hubo gendarmes ni efectivos de la Guardia de Infantería en contacto con los manifestantes, algunos sectores radicalizados de la marcha tomaron posiciones desafiantes, con palos y pasamontañas, sobre la línea de agentes que se había apostado por delante de la Catedral Metropolitana.
 
“Noche de los lápices”
El lema central de la convocatoria fue el cumplimiento del vigésimo noveno aniversario de la redada que secuestró a siete estudiantes de la carrera de Bellas Artes de la Universidad de La Plata, seis de los cuales nunca aparecieron y fueron recordados este viernes en el acto central de la plaza.
El parque quedó literalmente dividido en franjas, porque los sectores políticos se ubicaron frente a la Catedral, en el centro se ubicaron docentes y estudiantes y en el otro sector los piqueteros, cada uno con su reclamo.
La movilización se denominó Marcha Federal Universitaria y los estudiantes secundarios estuvieron a la cabeza de las columnas que partieron a las 18 desde la Plaza de los dos Congresos.
Los estudiantes pidieron que se triplique el presupuesto para las universidad, además de un aumento salarial a los docentes y no docentes y la desregulación de la Ley Federal de Educación.
Los piqueteros insistieron en sus reclamos de universalización y aumento a $350 de los planes sociales y los trabajadores que adhirieron a la marcha, como los de la salud, pidieron un salario mínimo de $1.800.
Algunos, además de recordar el aniversario del secuestro de los estudiantes, también conmemoró la caída del gobierno peronista en 1955 a manos de la denominada revolución libertadora.
 
Cambio de política
Con esta marcha el Gobierno dio un golpe de timón en su política contra la protesta social, porque hace dos semanas directamente había impedido el acceso a la plaza y el viernes último habilitó un circuito por 9 de Julio y Diagonal Sur que no fue aceptado por los manifestantes.
En ese sentido, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, había anunciado al mediodía que el Gobierno nacional iba a permitir el acceso por Avenida de Mayo de los manifestantes.
“La Avenida va a estar sellada de forma tal de que todo el tránsito que venga desde el bajo ingrese por Rivadavia y siga hacia el oeste sin ningún tipo de inconveniente”, sostuvo