La UNCuyo quiere abrir su hospital-escuela en diciembre.
Tendrá una gran particularidad: será el único nosocomio local con un piso –el tercero– específicamente dedicado a la atención de discapacitados. Por eso, se están adecuando las instalaciones para fisoterapia, gimnasia, psicología, psiquiatría e hidroterapia (con una pileta especial para ese tipo de rehabilitación).
En principio, sólo atenderá a gente con obra social y será enteramente público para casos de emergencia, como cualquier otro efector. No obstante, se espera concretar convenios con la Provincia y la Municipalidad de Ciudad para que el otrora Hospital Ferroviario atienda a toda la comunidad.
Así lo anunció ayer la rectora de esa casa de estudios, María Victoria Gómez de Erice, durante una recorrida por la obras de refacción del edificio, adquirido en 2004 a un costo de $3.000.000. Los trabajos, realizados con dinero propio de la Universidad y un aporte anual de $1.500.000 de la Nación, comenzaron en enero, se efectuarán en seis etapas –la actual tiene que ver con la albañilería– y se espera que estén casi terminados para el último mes del año.
La demora en iniciar las tareas se debió a que hubo un cambio de planes, lo que elevó la cifra estimada inicialmente. Originalmente, se preveía hacer arreglos generales para habilitarlo rápidamente. Sin embargo, se detectó que la construcción –inaugurada en 1963 en Paso de los Andes casi Jorge A. Calle, de la Sexta Sección– no se ajusta a los requerimientos antisísmicos actuales.
Tampoco respetaba aspectos vinculados a la accesibilidad, evacuación y circulación de los usuarios –por caso, por las puertas no pasan sillas de ruedas ni camillas–. Y no estaba acorde a las exigencias de bioseguridad hospitalaria.
El proyecto total ahora saldrá $7.000.000 más IVA. Además de las adecuaciones y el refuerzo estructural, incluye la refuncionalización de todo el primer piso para maternidad, una rampa externa que comunicará todos los niveles y un auditorio para clases y congresos, entre otros.
Gómez de Erice, quien en la recorrida estuvo acompañada por Agustín Reboredo, director de la obra y encargado del proyecto, descartó que hubiera salido más barato construir un nuevo edificio. Para demostrarlo, detalló que hoy el metro cuadrado de construcción de un nosocomio nuevo cuesta $2.000 y, teniendo en cuenta que el Universitario tiene 10.000 metros cuadrados, uno similar valdría $20.000.000 (sin el terreno).
Para la infraestructura tecnológica, la rectora señaló que recurrirá “a la ayuda de la sociedad”. Espera que organizaciones y empresas aporten para poder adquirir los elementos y aparatos que se necesitan para ponerlo en marcha. Aseguró que varios privados ya prometieron su colaboración, pero que “aún falta mucho por comprar”.
Ariel Sevilla asevilla@diariouno.net.ar