La última vez que Bulldog se presentó en suelo mendocino fue hace siete años junto a la mítica banda Flema con Ricky Espinosa aún con vida. Ahora, su vuelta está programada para hoy a las 20. Quizás un poco lejos quedan aquellos temas ramoneros de tres acordes y la voz juvenil desencajada despotricando contra el sistema. Con el correr de los años también pasaron los discos, y el crecimiento y la madurez se tradujeron en apertura musical; aquellos jóvenes descontrolados hoy son adultos que le siguen rindiendo culto a la cuna punk-rock, aunque con un sonido más hard, heterogéneo y prolijo.

“En bastantes cosas seguimos siendo anarquistas”, aclara Mantu, cantante-guitarrista de la banda rosarina, “y lo que se ve no es un cambio en persona como en otro tiempo que andábamos con cresta y borceguíes. Todavía hasta el día de hoy seguimos siendo bastante aguerridos y punks en ciertas cosas, pero ya a los 33 años… (risas)”.

La gira nacional de Bulldog, que los lleva de norte a sur por el país, tiene como motivo principal la presentación del último disco de la banda, Todos los perros van al cielo (2004), que ya lleva 9 mil copias vendidas (una cifra importante si tenemos en cuenta que son una banda independiente) y que los confirma en un rock nostálgico y clásico, pero no sectario. “Está logrado lo que nosotros queríamos, trabajamos muy cómodos en el estudio, cosa que con los otros no hicimos. Yo quedé muy conforme, de hecho lo escucho a diario”, dice Mantu, y sin querer explica su evolución y sus influencias retro: “La música nueva no me gusta. Por ejemplo, los grupos yanquis me parecen muñecas Barbies con distorsión. Es una cosa para vender productitos como Blink 182 y toda esa mierda. Muchas veces pienso que no sé si va a haber bandas tan grandes como Led Zeppelin, Deep Purple, The Rolling Stones y AC/DC. Además nosotros tenemos un estilo bastante definido, no creo que tengamos que meterle más información a la cabeza”, sentencia.

Bulldog se destaca por haber cosechado seguidores en todo el país siendo una banda oriunda y radicada en la ciudad de Rosario. La vieja disputa entre unitarios y federales no se ha trasladado al rock argentino; pero el ejemplo de Bulldog, en medio de una realidad bastante centralizada en Buenos Aires, es destacable. “No creo que para triunfar tengas que ser de Buenos Aires, y que no triunfás siendo de Mendoza, Rosario o Jujuy –opina Mantu–, se puede, lo estamos demostrando nosotros que salimos de gira por Argentina y somos bastante federales”.