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Uno-Sábado 19: Se suicidó ayer el sociólogo y profesor Mario Franco

Se arrojó del quinto piso de un edificio de Godoy Cruz. El hecho causó una conmoción en los ámbitos académicos. Tenía cátedras en Ciencias Políticas

22 de noviembre de 2005, 10:53.

El sociólogo y docente universitario Mario Franco murió ayer tras arrojarse de su departamento en un quinto piso de la calle Beltrán, en Godoy Cruz. Su muerte provocó conmoción en la comunidad académica.
Con 60 años, Franco decidió quitarse la vida a las 9.40, según las pericias del Cuerpo Médico Forense. Quienes lo conocían aseguraron que su final estuvo vinculado a un cuadro depresivo que lo acompañó en los últimos ocho años, desde que contrajo mal de Parkinson.
El académico vivía solo, aunque tenía una hija fruto de un matrimonio anterior.
Hasta ayer Franco se desempeñaba como profesor con dedicación exclusiva de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo, donde impartía las cátedras de Sociología de la Comunicación y Sociología Sistemática.
Hasta el 2003 estuvo a cargo de la dirección de la carrera de Sociología en esa casa de estudios.
 
Entre Marx y Perón
Fue un buceador en las ideas del peronismo, en las de Carlos Marx y en las de Louis Althusser. Pese a su interés en la política, nunca militó en un partido.
Respetado por sus colegas y alumnos, el desaparecido docente siempre se caracterizó por ser “un gran provocador”, según coincidieron sus allegados.
A comienzos de los años ’70 Franco trabajó como periodista en la recordada revista Claves. Durante la dictadura fue cesanteado en la UNCuyo. En esos años oscuros, el sociólogo se dedicó a vender perfumes, fue dueño de un bar en la galería Tonsa en donde reunía a un reducto de intelectuales disidentes y hasta tuvo la concesión del cine Selectro.
Graciela Cousinet, vicedecana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, recordó a su íntimo amigo: “Siempre se destacó por ser un tipo brillante y respetuoso. Tuvo muchas pasiones en su vida, pero amó el cine y el tango por igual. Jugaba mucho con la muerte y siempre decía que se iba a suicidar, pero jamás pensé que se animaría”, contó dolida.
A pesar de su inesperada muerte, sus amigos recordaron que Franco ya les había solicitado que escribiesen la siguiente frase para su epitafio: “Mario Franco, el que vivió en joda y murió en serio”.
Los restos de Mario Franco serán velados hasta hoy en la mañana, en la sala situada en Juan B. Justo 651, de Ciudad.
Valeria Caselles vcaselles@diariouno.net.ar

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