En tanto, en las facultades el acatamiento es, en general, una radiografía de la naturaleza de la carrera donde se produce el paro. En Ciencias Económicas, Ciencias Agrarias y Derecho tienen el 100% de presentismo, el 93% en Ingeniería y el 80% en Medicina. Es decir, en carreras prácticas, donde los profesores son conscientes, más allá del justo reclamo salarial y de condiciones laborales, que el daño hecho a un alumno es irreparable, la actividad es casi normal. En Filosofía y Letras, Ciencias Políticas, Educación Elemental y Especial y Artes, donde los conocimientos que se imparten están en la órbita del espíritu, el ausentismo docente es total. De ese modo, la última sentencia de Baudrillard deberá ser aprendida por los alumnos en sus casas, libro de por medio. O si se pliegan al plan de lucha, no aprenderlo. La consecuencia de ello no será ni la caída de un puente, ni una muerte en un quirófano, ni un balance con los números cambiados. En el peor de los casos, una escultura no tendrá toda la carga de posmodernismo necesaria o una clase de secundario carecerá de la iluminación francesa a la obra de Borges.
Un caso aparte son Odontología y Ciencias Aplicadas a la Industria, donde el acatamiento docente a la huelga es alto y allí sí se estudian aspectos prácticos. Algunas amalgamas del futuro tendrán fallas.
Ayer comentábamos el fenómeno irlandés de crecimiento. Pues bien, una de las características, además de la suspensión de las huelgas tras un pacto social, es que Irlanda tiene el más alto índice de graduados en matemática, ciencia y tecnología de la Unión Europea.
Eso sí no desatienden el espíritu. De hecho la columna vertebral de su gran cambio ha sido una revolución educativa. Que no ha consistido en no tener clases, sino en estudiar cada día más y pensar sin trampas ideológicas.
Uno-Sábado 20: Hoy por hoy: Estudiar más
Es interesante analizar el modo en que se está dando el paro en la UNCuyo. Por un lado están los colegios con un alto acatamiento, lo cual redunda directamente en un daño a los alumnos. Día perdido es una falta definitiva en su educación. Al menos que los docentes de ese nivel crean que lo de ellos tiene tan poca importancia como para pensar que el mejor modo de protestar es privar a los destinatarios de lo que supuestamente están defendiendo: la educación.